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Al día siguiente de anunciarse a Lorenzo Silva como ganador del Premio Planeta, El País, de Madrid, el periódico para el que colabora asiduamente el autor, publicó: “Hay que asegurar el tiro en tiempos de crisis. Por eso ayer en Barcelona, la 61ª edición del Premio Planeta hizo gala de su ticket triunfal, predilecto, de fino laboratorio: escritor de notoriedad en el género al alza, la novela policíaca”.

Sin dudas, el premio dotado de 600.000 euros posicionó a Silva en otro lugar dentro del campo literario y él lo sabe: “Después de darme tantas otras alegrías, Bevilacqua y Chamorro, mis leales beneméritos, me procuraron también ésta. Un premio importante, sobre todo, por la posibilidad que les da, y me da, de llegar a mucha más gente”.

En sus declaraciones, Silva además recordó a Manuel Vázquez Montalbán, quien creara una de las series de novela negra más exitosas de España, protagonizada por el detective Pepe Carvalho y recibiera también el Planeta en 1979. Más de treinta años después, claro, el detective de Silva se adapta a una agenda bien siglo veintiuno, todo lo que empaña el mundo actual aunque sin asomarse mucho al abismo.

“Nosotros no nos podemos corromper, porque si nos corrompemos nosotros el barco se va a pique”, le “aconseja” el detective Bevilacqua a Arnau, el joven guardia civil que se incorpora a la saga. El libro de Silva aborda, sin asomarse mucho al abismo, lo que empaña el mundo actual: la caída del sistema, la desigualdad de clases, la injusticia social con una trama simple que contiene corrupción, asociación ilícita, tráfico de drogas y redes de prostitución.