Sábado, 7 de marzo de 2009 | Hoy
Por Matías Gigli
La arquitectura de Frank Loyd Wright influyó de forma categórica en la formación y desarrollo de muchas generaciones de arquitectos en nuestro país. Su arquitectura despertaba emociones encontradas en la Facultad de Arquitectura de nuestra ciudad, en los cincuenta y sesenta. Había talleres que generaban una producción influida por su obra, en polémica con otros, influidos por un arquitectura francamente moderna, que miraba a Le Corbusier y a Mies van der Rohe. Con estas pasiones superadas, Wright ocupa su lugar de relevancia, como uno de los más grandes arquitectos del siglo XX.
Con ese espíritu y para que las nuevas camadas vean sus obras, desde este jueves vuelve Wright al escenario con una exhibición en el Marq. Son los dibujos del Portfolio Wasmuth (1910), en un ejemplar facsimilar editado en 1920 del coleccionista argentino Ricardo Rosso, y maquetas de la colección del museo de maquetas de la FADU-UBA que dirige Jaime Grinberg. Juan Manuel Boggio Videla, curador de la muestra, organizó la exhibición de los dibujos con textos explicativos y un artículo teórico de Wright con los fundamentos de su arquitectura. Son más de cien láminas con dibujos de proyectos, con destaque para las Prairie Houses.
Wright centró grandes expectativas para el futuro de su carrera profesional en la difusión que el Portfolio Wasmuth pudiera darle a su obra. Por eso supervisó personalmente durante un año la ejecución de los dibujos en Berlín, ya que fue preciso rehacerlos para la publicación. Además de dibujos originales de Wright, la carpeta cuenta con representaciones realizadas por dibujantes de su estudio. Por ejemplo, la arquitecta Marion Mahony, una de las mejores dibujantes que acompañaron a Wright en esos primeros años y una de las primeras arquitectas que obtuvieron su matrícula profesional en el mundo.
Los dibujos son obras de arte en sí mismos, reconocen la influencia japonesa sobre las formas de proyecto y de representación del Wright de la época. La edición de 1910 constaba de 650 ejemplares, de los cuales 150 se distribuyeron en Europa y 500 se conservaron en el taller de Wright en Taliesin. En 1914 un incendio destruyó el taller y sólo se rescataron 35 ejemplares y algunas láminas sueltas. De ahí la importancia de la reedición facsimilar de 1920.
El Wasmuth hizo conocido y admirado a Wright en Europa, tanto por su obra como por su manifiesto conceptual, entre figuras como Henrik Berlage, Theo van Doesburg, Walter Gropius, Charles Edouard Jeanneret (luego Le Corbusier) y Mies van der Rohe. En el Marq se está mostrando en forma permanente durante la muestra un video con una entrevista a Wright, y está prevista, en fecha a confirmar, una charla de Jorge Gazzaneo sobre su obra.
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