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De a poco los argentinos comenzamos a reconciliarnos con la verdadera esencia de las fiestas. O por lo menos eso pareciera a partir de los nuevos emprendimientos que surgen desde el diseño. Pero si vamos a amigarnos o familiarizarnos –que este pareciera ser el nuevo pacto– con el celebrar, la apuesta sin dudas debe ser en clave desestructurada. Más singular que formal, divertida que costosa, como deberían ser los festejos.

Y si no, vale preguntarle a las Guisky, una de las duplas que llevan la batuta en esta refundación material de las fiestas. Formada por una arquitecta –Julieta Pescio– y una productora de cine y publicidad –Antonieta Queija– que decidieron abordar el tema, luego del casamiento de la primera y el regreso de México, donde había estado trabajando en animación, de la otra, analizando el nicho efectivo que existía a la hora de orquestar otro tipo de festejos.

“Cuando me casé estaba trabajando muchísimo como arquitecta haciendo reformas de departamentos y la verdad no llegué a hacer todo lo que me hubiera gustado para mi casamiento. Y tampoco encontraba gente que lo hiciera, tal vez con la obsesión o tipo de estética que a mí me gustaba. Más que nada, pequeños detalles que sorprendieran a los invitados, una decoración más original, sobre todo porque el festejo desde la ambientación acá siempre fue un poco limitado o demasiado formal”, detalla Pescio. Viendo eso, sumó a sus estudios un curso de organización de eventos y convocó a Queija, experta a raíz de tantos años en el mundo de la publicidad en resolver lo inimaginable en tiempo record, en crear un emprendimiento que ofreciera nuevos elementos para todo tipo de eventos. “Un estudio de diseño que se dedicara a idear y crear escenarios cálidos y familiares, que aporten un clima festivo, único e irrepetible. Para ello producimos objetos listos para usar en casamientos, cumpleaños, aniversarios, eventos corporativos, así como en producciones, vidrieras, stands, locales o para la propia escenografía, la casa. Nuestra impronta personal combina el estilo crafty y vintage, rescatando tradiciones de una manera alegre y singular. Exploramos ferias, remates, corralones y recovecos barriales intentando recuperar aquello que nos trae nostalgia y nos invita a reciclar lo conocido y añorado. También ambientamos eventos a medida, ofrecemos el servicio de armado y tenemos algunos productos con opción de alquiler”, detallan.

¿La propuesta? “Nos interesa mucho lo hecho a mano y lo vintage. Recurrir a esos detalles que antes había en las fiestas pero aggiornados a la actualidad. Por ejemplo, si la torta de varios pisos se dejó de hacer, recurrir a un adorno especial. Sobre todo queremos dar alternativas. Por ejemplo en el caso de los casamientos, no llevarlo todo solamente a lo romántico. Desencasillarlos un poco de eso. Si bien se está celebrando una unión, no tienen que ser todos corazones, se puede festejar de un modo más colorido y divertido”, opina Queija.

¿Item básicos? “Muchas guirnaldas diferentes. De papel, de luces, de flores y cintas, de pañuelos o telas antiguas. Banderines de telas, señaladores (pizarrones, estacas, marcos antiguos, flechas). Banners con mensajes especiales. Y piñatas y adornos originales de tortas, entre otros”, enumera Pescio.

¿La vedette? “El kit de Photo Booth, una cabina para sacarse fotos, o los backdrop (cortinas de cintas) con el mismo fin. Afuera se usa mucho. A la gente le divierte. Y vienen con bigotes, pipas, antifaces, sombreros. Es como un cotillón diferente”, agregan.

“La meta es que sea accesible, posible. Y respetar cierta estética y principios. Evitar, por ejemplo, lo romántico o las frases en inglés para todo, que no nos pertenecen. Apostar a cierta paleta de colores, más estridente, divertida. Y tal vez recurrir a objetos que no sean tan efímeros”, suma Queija.

¿A futuro? “Estamos ideando unos kits fiestas que puedan comprar todo en uno, que te venga por ejemplo la guirnalda, la deco de la torta y la piñata o la alternativa que cada uno prefiera para armar su fiesta.”

Mientras que del trío formado por la diseñadora industrial Ana Kuczwara Topczylo, la gráfica Verónica Roldán y el especialista en barcos Matías Claparro nació también hace muy poco Meroh. Un “almacén de ideas”, como llaman a su pequeña tienda de diseño en la ciudad de La Plata, ideada también para el desarrollo del diseño para eventos. “Somos diseñadoras de diferentes ramas, Vero en comunicación visual, yo de industrial y este último año se nos sumó la cara masculina, Matías, que es técnico superior en construcciones navales, y que se animó a involucrarse en un proyecto totalmente diferente que consiste en ofrecer alternativas distintas para ambientaciones de locales y fiestas. Somos fanáticos de las tendencias, un poquito coolhunters y un poquito bohemios, amamos las estampas, las tipografías, los muebles de época y las ropas vintage, las gráficas de los pueblos autóctonos, los autos antiguos y hasta algunas veces lo kitsch. Si hay gente versátil, somos nosotros. Buscamos que nuestros diseños sean exclusivos e irrepetibles sobre todo en nuestra gama para eventos, para lograr casamientos, cumpleaños y fiestas inigualables y sobre todo inolvidables”, explica Kuczwara Topczylo.

¿Sus fuertes? “Sobre todo la papelería, el packaging y los souvenirs diferentes. Para eso muchas veces sumamos trabajos de otros diseñadores, como las cerámicas por Natalia Rizzuto y la bijou por Mariela Nieva, entre otros, y por supuesto toda la tecnología y materiales al alcance. Justamente trabajar este segmento desde las herramientas y conocimientos que nos da el diseño nos permite ampliar las posibilidades y fundamentalmente ofrecer otras alternativas para los festejos”, remata.

Guisky: www.guisky.com.ar.
Meroh: Calle 11 N 1141, entre Calle 56 y Diagonal 73, La Plata.
www.meroh-d.blogspot.com.ar