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Los vecinos de esta ciudad llena de tramposos ya saben que todo feriado largo es una amenaza al patrimonio. Es que los que quieren hacer obras ilegales aprovechan que los muy escasos, muy blandos, muy convencibles inspectores porteños se volatilizan en cuanto tienen una excusa. El macrismo jamás invirtió un centavo en crear las herramientas para controlar a su industria favorita, ni movió un dedo para disciplinarla.

Con lo que la combinación viernes-sábado-domingo-lunes hace resonar la piqueta y esta Navidad no fue la excepción. Los vecinos de Salvar Floresta denuncian que este sábado para las 6.30 de la mañana se escucharon los primeros mazazos en la casa de la foto, Concordia 71. Como se aprecia, el edificio estaba en buen estado y es anterior a 1940, con lo que debería pasar por el Consejo Asesor en Asuntos Patrimoniales para que se autorice una obra en el lugar.

Pero resulta que en la base de datos del Gobierno de la Ciudad no figura ninguna disposición respecto de esa dirección: ni trámite en el Consejo, ni pedido de permiso de demolición, ni aviso de obra. Tampoco figura el número de expediente que luce en un cartel en la puerta...

Los vecinos de Floresta definieron el tema con brevedad: “Para que sucedan estas cosas tiene que haber dos partes, el que demuele dentro de un marco de ilegalidad absoluta y el que permite que esto suceda. Esto es tierra de nadie”. Literalmente, porque el barrio está siendo arrasado por los outlets y locales abiertos de apuro, así nomás, hasta adentro del Area de Protección Histórica que los vecinos se ganaron en la Legislatura y que el Ejecutivo no se ocupa de custodiar.