El aniversario de San Pablo, la capital económica de Brasil, trae puras buenas nuevas en lo que a la cultura respecta. Entre otras, la exposición Diseño de la Periferia del Pabellón de las Culturas Brasileñas, de la que ya hemos dado cuenta en este suplemento. Y ahora podemos sumar Ibirá Flora, el parque tejido a mano. Es una bellísima muestra que trae la naturaleza al centro de la escena, mediante las herramientas de la artesanía y el diseño. Exquisitas técnicas textiles de celosos custodios de estos acervos.

Curada por Renato Imbroisi, que hace años lleva la batuta en este tipo de encuentros, la muestra retrata la flora del Parque Ibirapuera mediante 1800 metros de tejidos hechos mano. La muestra tiene la manera de este diseñador con una trayectoria de más de treinta años mapeando las diferentes técnicas y saberes de las diversas comunidades de su país.

Mediante la preciosa colaboración de los artesanos de la región rural de Muquém, en el municipio de Carvalhos, en el sur de Minas Gerais y a 380 kilómetros de Belo Horizonte. Fue justamente allí donde allá por 1985 el diseñador iniciara su reconocida trayectoria, esa que lo convirtió en el profesional con más experiencias de diseño y artesanato de su país, y con bellos ejemplos en los sitios más variados del planeta, desde Africa a Italia y Japón.

MANOS VERDES

Para montar la representación del parque con sus árboles, bosques y lagos dentro del gigantesco espacio del Pabellón, Imbroisi fue para Muquém junto a la diseñadora textil Liana Bloisi. Allí crearon y desarrollaron los tejidos junto a la maestra del telar Eva Maciel da Cunha. Fue ella quien, con su hermana Noeme (ya fallecida), acogió y compartió las ideas innovadoras traídas por Imbroisi en 1985, iniciando una producción de piezas de telar y otras técnicas dentro de la comunidad que se mantiene hasta hoy. Imbroisi promueve y encamina la comercialización de esta producción, que genera una salida laboral para las familias de artesanas de este lugar aislado en un valle de la sierra Mantiqueira, donde la electricidad llegó recién en 2000.

A partir de las creaciones del trío, otros tejedores que también participaron del proceso de desarrollo para la exposición hicieron a mano los 1800 metros de tejido, utilizando hilos de algodón como base (urdimbre) para hacer la trama con ocho tipos de fibras naturales. Los materiales fueron recolectados de un modo absolutamente sustentable: bambú, fibras de banano, eucalipto, junco y maíz, entre otras. Algunas fibras fueron cosechadas dentro del propio parque de Ibirapuera, famoso por la diversidad de especies que contiene. A la expo se sumó un documental con la dirección del propio Renato y el documentalista Lucas Moura, sensible fotógrafo que siempre acompaña sus iniciativas.

Por otro lado, detallan que esta muestra es la primera etapa del Proyecto Ibirá, que además de la flora tendrá como temas la fauna y la gente del Ibirapuera. Cada tema será presentado con exposiciones específicas, valorando la artesanía y sobre todo la delicada mezcla de tradición y la innovación que tan bien manejan él y su equipo de colaboradores. Por eso fue que para esta primera muestra eligió el tejido, primera técnica con la que trabajó, ancestral y rica en posibilidades, y con la primera comunidad que supo hacerse eco de sus sueños.

Durante la muestra, que sigue hasta julio, se llevan a cabo numerosos talleres gratuitos como Diseño de Fibra, por la propia Eva Maciel da Cunha; Reverso Verso, coordinado por la arquitecta Miriam Andraus Pappalardo, proponiendo un trabajo experimental para la construcción de un volumen/objeto de trama textil tridimensional, y Banquete para las Manos, coordinado por el artista textil Alexandre Heberte.