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Como tantos otros fines de semana, camino hacia el sur, hacia el Parque Ameghino. A poco de andar me cruzo con un cartel que nos invita a correr por una ciudad más verde… Llego al parque y veo que una parte está rodeada por un cerco de obra y mucho cartelito amarillo. Uno avisa que “próximamente vamos a disfrutar más de la ciudad”. No dice quiénes, ni cuándo... simples detalles de la comunicación política. Otro, el que domina la esquina de Caseros y Santa Cruz, da cuenta de que estamos frente a la “Puesta en valor” del parque, término que ha servido para justificar obras no tan necesarias, hechas de un modo liviano y que muchas veces terminan destruyendo el patrimonio arquitectónico, urbano y paisajístico de la ciudad. Este cartel, dice quiénes: PlanobraIndaltec UTE-Plantec como contratistas y la Comuna 4 como comitente. Pero nos deja sin conocer alcances de la intervención, monto, plazo de obra y responsables técnicos.

Lo que se ve por ahora, además de los carteles colocados por los vecinos contra el enrejado, es que comenzaron a cambiar –no a reparar las partes dañadas– de las aceras. Baldosones de cemento son reemplazados por baldosones de cemento de iguales dimensiones, pero de dudosa calidad. Y a poco que se camine por la acera del parque, bajo las frondosas copas de las tipas centenarias, uno se encuentra que los pastones de cemento y los restos del hormigón utilizados en la operación están sobre los parterres, encima de las raíces de las tipas, contaminando irreversiblemente la tierra que las alimenta. Los obreros, al carecer de los elementos de trabajo necesarios, prenden fuego junto a sus troncos para derretir la brea que colocan en las juntas de la nueva acera. En otro sector acumulan los escombros sobre el césped.

Viendo esto es fácil estimar que –a pesar de la importancia histórica y paisajística del parque– estamos frente a una obra que carece de conducción de profesionales capacitados para asumir tamaña responsabilidad y del imprescindible control del comitente. Destrucción del patrimonio público con dinero público. Por eso, muchachos, les propongo que pensemos lo que está pasando con el verde antes calzarnos las zapatillas…