Blanco ilustrado
–Maestro, jurado de cuanto concurso aparece... ¿Por qué todos llaman a Blanco?
–Docencia hago desde el año ‘68, siempre en diseño industrial y sin parar. Mis alumnos saben que soy fanático en eso, que me significa muchísimo y que a los que les tengo fe los torturo. El diseño es una forma de ver el mundo. A mí me apasiona, y cuando percibo que alguien esta ahí cerca, me interesa poder transmitirle todo eso. Además hay una obsesión, cierto miedo a perderme algo de lo que esté pasando en diseño.
–Ha formado a muchos diseñadores industriales, ¿cuáles son su mayor orgullo?
–Para mí un tipo como Eduardo Naso, que yo considero como uno de mis mejores alumnos. Alejandro Sarmiento y Alejandro Ruiz. Pero hay varios.
–¿Se puede vivir del diseño?
–Sí. El diseño es una totalidad para mí. Yo he vivido del diseño. Enseño, produzco, doy cursos afuera.
–¿Coincide con los que afirman que hoy se vive un clima de efervescencia en el diseño?
–Sí, hay algo de eso. Hay esfuerzos, profesionales especializados. Creo que lo que no está articulado es la relación producción-diseño. Eso es lo que nos falta para despegar. Los diseñadores están en la gatera, eso es lo que menos me preocupa. Me preocupa que no haya un planteo claro, ideológico, económico, político, sobre el diseño. Muchos creen que el diseño es otra cosa. Que es el dibujito y no el producto. Muy poca gente en el mundo compra diseño, compran productos. Yo por una cuestión deoptimismo siempre apuesto a favor, la experiencia me dice que hay que ser más cautelosos, veremos. Pero, volviendo al tema de la silla, la culpa de todo la tiene Chippendale. Lo digo y lo afirmo, porque él era un vivo. Enganchaba mucho trabajo y después no cumplía. Tuvo que irse de varios lados; la Corte lo seguía porque no entregaba los muebles. Entonces un día hizo un libro, no como el mío, porque en el suyo él decía cómo hacer sillas. Es la famosa guía para gentlemen y carpinteros con la que legalizó la copia. Por eso, hay más estilo Chippendale que Chippendales. El se salvo económicamente, ya que vendió muchas copias, pero legalizó una mecánica. Por eso creo que el culpable de todo es Chippendale.
Nota madre
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