Jueves, 21 de julio de 2005 | Hoy
LOS KAISER CHIEFS PARAN LA PELOTA
Se juntaron hace un año. Se llaman como un equipo de fútbol sudafricano de donde proviene Lucas Radebe, actual estrella del Leeds United. Rápidamente, la prensa los consagró como “mejor banda nueva” por su simple Oh my God! Y ahora rankean alto con su disco Employment para llevarse el Mercury Prize, premio top de la industria británica.
Por Roque Casciero
Entre el malón de bandas inglesas que resucitan la new wave –que podría ser descripto como el fenómeno post-Franz Ferdinand–, los Kaiser Chiefs corren con ventaja, porque parecen dominar la alquimia para convertir en oro cualquier melodía que salga de sus instrumentos. Employment, el disco debut editado hace poco en la Argentina del quinteto de Leeds (paraje recientemente célebre por haber albergado a tres de los cuatro terroristas islámicos que volaron subtes y colectivos en Londres), tiene once canciones que son potenciales hits: cualquiera contagiaría una energía positiva similar si la pasaran por la radio. La frescura y la llegada inmediata del power pop de los KC los ha puesto a la cabeza, según todos los pronósticos, para llevarse el Mercury Prize, el más importante de la industria discográfica británica. ¿La fórmula del éxito? “No somos pretenciosos, simplemente pensamos que tenemos buenas canciones pop”, responde el bajista Simon Rix. “Somos una banda de pop de guitarras. Es casi una mala palabra, pero nosotros lo disfrutamos. Es indie británico. La razón por la que funciona es porque tiene buenas melodías que la gente puede cantar en los conciertos. Tenemos un rango amplio de fans.”
Rix, el cantante Ricky Wilson, el guitarrista Andrew White, el tecladista Nick Baines y el baterista (y principal compositor) Nick Hodgson se conocieron en la escena de Leeds, ya que todos formaban parte de distintas bandas. Wilson era el que tenía más trabajo: hacía de Mick Jagger en un grupo de covers de los Rolling Stones. El año pasado, los cinco muchachos se agruparon y le pusieron a la nueva banda el nombre del equipo de fútbol sudafricano de donde salió Lucas Radebe, que ahora juega en el Leeds United. Y como buenos británicos, los KC fueron saludados como “la mejor banda nueva” por la prensa apenas publicaron su primer single, el energético Oh my God! “Esa canción habla sobre el sentimiento de estar lejos de casa y de extrañar muchísimo”, aclara el cantante. Los KC saben de eso, porque se pasaron casi todo su primer año de existencia de gira y llegaron a lugares como Moscú cuando apenas tenían dos o tres temas publicados. También conocen bien el terreno sobre el que se asentó I Predict a Riot, su segundo tema de difusión: “Trata sobre las noches de Leeds, cuando salís de tu discoteca indie y tenés que caminar frente las superdiscotecas de las que la gente disfruta salir a las trompadas. Para las personas que no tienen esa inclinación, son lugares muy atemorizantes”, asegura Wilson.
En el sonido de los Kaiser Chiefs puede encontrarse, a veces en trazos gruesos, buena parte de la tradición power pop británica, que va desde los Kinks hasta Supergrass y los Super Furry Animals, pero también la minuciosa orfebrería de los coros y arreglos de los Beach Boys. Un ejemplo de la efectividad de KC es Everyday I Love you Less and Less, la canción que abre Employment, dominada por un sintetizador burbujeante y una guitarra enfática, con la porción justa de “ooohhh” y “na na na ná” como para poner a saltar a todo un estadio. No es de extrañar, entonces, que les haya ido bien en cuanto festival se presentaron, ni que el público los adoptara enseguida cuando fueron teloneros de Franz Ferdinand. “Somos similares a ellos, pero también somos muy diferentes”, se desmarca Rix. “No me preocupa que nos metan en esa escena. Además es lo que siempre hace la prensa inglesa. A mí me gusta mucho Franz y hemos hecho cosas juntos. A los fans de ellos les gustan los nuestros y a nosotros nos gustan ellos, así que está todo bien.”
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