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Jueves, 28 de julio de 2005

DESPUES DE NICETO, DJ STUART LE DA LA RAZON A PAPPO

“Los DJs no son músicos”

EL “AFTER” GOLDEN


POR SANTIAGO RIAL UNGARO

Para DJ Stuart (el cerebro musical del remix de DJ Buey a Perry Farell, pero también autor de remixes de Emmanuel Horvilleur, Dirty Princess, Arbol, Auténticos Decadentes, Paul Oakenfold, Jan Johnston, Simply Red, Coldplay y que tocó con Raekwon del clan Wu en el Killah Nightz), el principal atractivo del hip hop es la posibilidad de “juntar todos los estilos: si ves en que está construido, vas a encontrar jazz, pop, rock, dub, funk... Y también punk, porque tiene la misma idea de ‘hacerlo por vos mismo’: cualquiera que tenga talento puede agarrar en su casa un disco de mierda de Palito Ortega y hacer un tema bueno con eso”. Stuart dice sonriente: “Pappo tenía razón. Los DJs no son músicos: son DJs”. Lo dice alguien que sabe que lo suyo son las bandejas Technics (algo como el Stradivarius del DJ), los vinilos y el sampler... pero que también podría haber sorprendido al Carpo tocándole un tema de Steve Ray Vaughan nota por nota. Y quizá Norberto Napolitano hubiera mandado algún scratching entre riff y riff. El aterrizaje en Niceto de Goldie, a 10 años de su irrupción como estrella del drum & bass, contó con la apertura (además de Bad Boy Orange, pionero del género desde +160 rpm) de DJ Stuart, alguien que -como Goldie– empezó bailando breakdance en los ‘80. Y ahora sirve para debatir sobre el estado de la escena electrónica.

“Al principio no estaba metido con la gente del hip hop. Sólo escuchaba la música”, dice. A mitad de los ‘90, cuando armó su estudio y se puso a trabajar de ingeniero, Stuart sabía que ésa no era la época dorada del género: “Por entonces estaba esa cosa gangsta, era todo muy pavo, acá y en todos lados. Pero también salieron los Wu Tang Clan y rescataron la idea de hacer hip hop como tiene que ser, con samples, buenos raperos y con toda esa crudeza que no tenía nada que ver con ese gangsta rap pedorro de miles de boludos que imitaban a Dr. Dre... pero no eran Dr. Dre”.

Aunque anime las pistas de Lost!, Opera Bay y haga delirar al público fanático del hip hop, lo interesante de Stuart (que también pasa reggae en sus sets) es que capta la esencia del género escapando a los clichés: si Stuart es algo más que un buen DJ de hip hop es por haber llegado al sentido medular de una música que destruye en gran medida la propiedad privada y que permite que cada artista se enriquezca de los demás también por la cita directa: “La idea es exponer tus influencias sin ningún secreto. Hasta Eminem, que es un gallito creído, cuando fue a MTV sacó un papelito y empezó: ‘Esto se lo debo a: Run DMC, Beastie Boys, Public Enemy, KRS One, A Tribe Called Quest...’”.

Llegando a este insospechado lado borgeano del hip hop, la música de Stuart tiene filo y amplitud, sin perder esencia. “El hip hop ortodoxo, después de un rato me aburre. Creo que todos los DJs grossos hacen eso. Peanutbutter Wolf engancha perfecto un tema de hip hop con uno de Radiohead.” Así, en sus sets existen hallazgos de su laboratorio, como Moby con Snoppy Doggy Dog o Sonic Youth con los rapeos de Joe Budden. Stuart encarna el otro lado de la fuerza del hip hop, ese que queda afuera de las pantallas: “Acá hay un monopolio de MTV. La gente ve a Chingy, con cadenas de oro y anillos y cree que eso es el hip hop: el típico boludito americano. Pero el hip hop anda de jeans y remera blanca, es normal”.

Sobre la violencia del género, Stuart tiene una actitud clara: “Acá todo eso también existe, aunque no hay una razón. Ahora estoy tocando con los chicos de Sudamérica (colectivo de rapers), con Mustafa Yoda y los chicos de la crew (equipo) del oeste. Cuando me venían a escuchar a Lost! siempre los apuraban los pibes de otra banda que para acá. Y lo más boludo es que yo conozco a los dos bandos y son pibes más buenos que el pan. Pero tienen esa mentalidad y esa actitud falsa de que ‘hay que ser gangsta’. Con Sudamérica va a pasar algo, porque no se limita a Mustafa sino que también es un sello que incluye a otros artistas como Sandoval, que para mí es el mejor raper de acá. Los chicos de Sudamérica antes estaban con los de BAS (Buenos Aires Subterráneo), hasta que se pelearon. Ya nadie se acuerda por qué se pelearon, pero fue lo peor que les podía pasar, porque Sudamérica les hizo un tema (Bas mal) y ahora en todas las batallas de free-style, el pibe que esté batallando contra BAS, aunque sea de cualquier lado, igual les canta: ‘BAS..’ y el público le responde: ‘¡Mal!’. Hice ese tema y es gracioso, pero son peleas de escuela primaria”.

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