De haber sido argentino, tal vez el personaje habría obtenido más reconocimiento en el programa de Chiche Gelblung que en las radios de rock. Se trata del punk neoyorquino Joseph Bernard Zak —alias Mr. Zak—, que murió a los 80 años cuando su carrera como letrista y cantante punk—rocker estaba en su mejor momento, tras diez años de carrera en la escena de Manhattan. En su doble lugar de compositor y vocalista invitado-estable de una banda, los underísimos Team Spider, Mr. Zak logró ser algo así como un Pedemonti (aquel personaje de Todo por dos pesos que fuera un futbolista anciano y rebelde) rockero de Nueva York. La historia de vida de este verdadero “dinosaurio” resulta, también, bastante punk: en su juventud peleó en la Segunda Guerra Mundial, colgó los borcegos de la armada norteamericana e intentó una carrera como letrista de música country y folk. Hasta que —décadas después— descubrió el punk, lo que le permitió descolgar sus viejos borcegos de marine para un uso muuuuucho más noble, y retomar su obra compositiva orientada a otro género musical. Los Team Spider lo llevaron de gira en su camioneta y Mr. Zak debe haber tenido una revelación: los festipunks eran más divertidos que los geriátricos. En ese ambiente adoptó el título de “El Punk Más Viejo de la Historia”, y ya amaga con ser un icono, vía foros de Internet. Luego de su muerte, fueron encontrados cuadernos con más de 30 mil letras de canciones escritas por este verdadero joven eterno, o Peter Punk. Algunas de ellas estaban dedicadas a figuras como George W. Bush (en contra) o Joey Ramone (a favor). El último adiós a Mr. Zak fue con un concierto de los Team Spider que tuvo, en el medio del escenario, a una silla con dos de los efectos personales que el geronte punk usaba para los shows: un saco de terciopelo rojo... y sus dientes postizos. “A él le hubiera encantado ver su dentadura en el escenario”, aseguran sus ex compañeros de banda, y suenan verosímiles.