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Jueves, 19 de junio de 2008

FUTBOL EDITA “PAPá SE VA A JAPON”

Artaud para las masas

Se los suele confundir con una banda “de cancha” cuando Fútbol es, en verdad, un trío de rock experimental de guitarra, batería y violín que hace temas rarísimos y apuesta a la vanguardia.

 Por Julia González

Papá se va a Japón es el tercer y último disco de Fútbol, además de ser una frase futbolera que entendería hasta el más desatento del deporte nacional. Frases de cancha, ensayos a la hora de los partidos y ese fanfarroneo histriónico del “hijos nuestros” que hermana a Boca y River, superó a este trío de rock experimental de guitarra, batería y violín. Así redefinieron el viejo fraseo del hincha y decidieron llamarse como se llaman. “Algunos especulaban que hacíamos canciones de cancha”, dice Santiago Douton (batería y voz), y Juan Pablo “Gamba” Gambarini (guitarra) recuerda que al principio los tiraban al bombo cuando iban a buscar fechas y les decían que no querían a bandas como La Renga. “Y nosotros no tenemos nada que ver con ese rock”, dice Gamba. Papá se va a Japón llega con un sonido nuevo para ellos, buscado intencionalmente a través de, entre otras cosas, el estudio en donde se grabó (Ion, que vio el nacimiento de La Biblia de Vox Dei y el Pappo’s Blues Vol. 3). “Siempre hubo una gran maraña de cosas en nuestro sonido, entre el bajo, el teclado, el Winco, después un cuarteto de cuerdas, con flauta, con todo. Y bueno, ahora elegimos una cosa más minimalista: guitarra, violín y batería. Un sonido lo más puro y limpio posible. Son temas cortos, una cosa bien directa. Termina un tema y empieza el otro inmediatamente”, cuenta Santiago.

Foto: Gentileza de Matías Corral

La idea se dibuja sola en el disco, convertido en una síntesis de lo que venían haciendo estos años y llevado a la mínima expresión. En Papá se va a Japón hay letras que se cantan desde la batería, dura dieciocho minutos y tiene menos cantidad de temas que los anteriores Elige tu propia aventura (2003) y Más Bambino que nunca (2005), donde prácticamente no cantan. La experimentación y los sonidos raros de antaño quedaron lejos, mientras que el violín los acerca a La Pesada del Rock and Roll; y la voz detrás del bombo, a Manal.

Ellos aseguran que esto era lo que querían hacer; rock que sonara como el de antes. “No grabamos el disco con este sonido por una cuestión de fanatismo sino que para nosotros en esa etapa había rock, no otra cosa. Después se lavó todo. Este disco se lo das a un montón de gente y te dice: ‘Loco, pero dura dieciocho minutos, antes ustedes tenían todo un laburo’. En realidad es mucho más jugado hacer un disco los tres tocando en vivo, sin grabaciones y sin nadie que te acomode las cosas. Ese era el espíritu de rock que había acá, mucho más natural y puro”, defiende Gamba.

Federico Terranova es el tercer integrante que, después de haber pasado por la guitarra, el bajo y el teclado en los discos anteriores, se quedó con el violín.

El trío se conocía de sus épocas púberes del colegio y los gustos musicales se codeaban entre sí. Así rebotaron entre una banda y otra, hasta que llegaron a la que finalmente iría para adelante. El primer disco, Elige tu propia aventura, representa los primeros catorce títulos de la colección de libros que una generación de pibes devoró, y pueden tomarse cada uno como la banda de sonido de alguna película.

–¿Cómo representan cada tema?

Gamba: –Siempre la primera página te presenta la historia. Es para chicos esos libros, todos tienen una historia madre, te sitúa en determinado lugar y eso te genera un clima, un ambiente que se lo tenés que dar con música. Hace poco lo estuve escuchando y hay cosas muy bien creadas. Se recrea de alguna forma lo que es el libro, la historia. Ahora que estamos haciendo shows más largos, tocamos algunos temas de ese disco. Por ejemplo Dentro del OVNI 54-40 es un tema, y ya el título te sugiere un montón de cosas. Es medio marchoso, con sonidos de otro planeta, extraterrestres, esa onda. Y La carrera interminable tiene un riff de viola y representa una carrera. A ese tema le pusimos un motor de base, y arranca con el encendido de un auto. Cuando arrancamos no era un proyecto claro, era más bien un juego, pero quedó muy bueno el disco.

–¿Cómo fue la evolución musical hacia el segundo disco, “Más Bambino que nunca”?

Gamba: –Ahí estábamos buscándole la vuelta a la banda. Son dieciséis temas, pero también son nueve temas, y hay muchos invitados, muchas sobregrabaciones. Como las pistas de discos rayados del Winco. Tardamos un montón en grabarlo. Hay poco violín y mucho bajo. Fede tocaba más el bajo. Y también hay cuarteto de cuerdas, músicos invitados, hay flauta, percusión. También hay cosas raras; en el primer disco había una búsqueda de sonido, por ejemplo en el OVNI. Acá les buscábamos la vuelta a los discos rayados y grabábamos encima de eso. Es un disco súper experimental y tiene mucha orquestación. Es como una obra súper conceptual.

Santiago: –Hay dos temas cantados nomás y cada tema está inspirado en alguna persona que nos influyó en nuestras vidas, jugadores de fútbol, amigos, periodistas, músicos.

–¿Por qué se quedaron con el violín?

Santiago: –Fede es violinista, eso ya lo marca, es su instrumento. Lo que fueron los primeros ensayos de Fútbol fue ver, buscar qué rol tenía cada uno, y cómo teníamos que buscar. Fuimos probando muchas cosas. Inclusive Fede tocaba el teclado, después se puso a tocar el bajo, teníamos una máquina de ritmos, un sintetizador, pedales. Durante mucho tiempo tocamos con un Wincofon arriba de discos. Entonces todo fue variando y fue cambiando hasta que llegamos a la formación que es ahora. Todo se fue sintetizando en eso. Y me parece que es lo mejor y es lo que más nos gusta en este momento. Fuimos variando hasta llegar a lo que es este último disco.

* Fútbol toca el 5 de julio en Moreno 2320, junto a Norma. A las 22.

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