Jueves, 15 de diciembre de 2011 | Hoy
MALóN VUELVE
La histórica banda del metal argentino regresa con su formación original: O’Connor en voz, Romano en guitarra, Strunz en batería, Cuadrado en bajo. Hasta la guerra entre bandas parece haber llegado a su fin. ¿O es apenas una tregua?
Por Mario Yannoulas
Era la primavera de 1998, y Ricardo Iorio les dedicaba el tema Triunfo. Pero no era en plan de amistad: “Ya fue / se ahogó en su nada nuestro contrincante”, ladraba el ya entonces líder de Almafuerte, dejando testimonio de una contienda, resultado de la angustiosa separación de una de las bandas más grandes de la historia del heavy argentino: Hermética. La información era exactamente ésa: Malón se había separado después de tan sólo tres años de existencia, y con dos discos de estudio en su haber (Espíritu combativo y Justicia o resistencia), más el directo Resistencia viva.
Tan sólo eso había durado una banda que, así y todo, pudo instalarse como una de las estrellas más luminosas en la constelación del heavy argentino. Habiendo heredado de Hermética el sonido crudo y el llamado a la conciencia social, hizo historia más allá del glorioso pasado con “La H” a fuerza de composiciones entrañables como Malón mestizo, Síntoma de la infección, Grito de Pilagá o Revolución nacional.
Pero en este 2011, la información es exactamente contraria a la de aquel turbulento ‘98 para el metal argento. Casi como si la pintura de Angel Della Valle hubiese sido premonitoria, llega la tan esperada “Vuelta del Malón” o, mejor, vuelta de Malón, y con su formación original: O’Connor en voz, Romano en guitarra, Strunz en batería, Cuadrado en bajo. Hasta la guerra entre bandas parece haber llegado a su fin, o por lo menos gozar de un período de tregua: en la última edición del festival Metal para Todos, antes de cerrar su propio set, el Tano Romano le dio el pase a Almafuerte calificándolo como “el plato fuerte de la noche”. “Después de la separación de Hermética, el público se dividió y eso no le sirvió a nadie. Ni a nosotros, ni a Almafuerte, ni a todo el heavy metal. Ya pasó mucho tiempo, está bueno que la gente empiece a darse cuenta de que la formación de dos bandos fue al pedo. Nos tenemos que bancar entre nosotros, porque de afuera no nos banca nadie”, reflexiona el guitarrista.
La cita es en el estadio Malvinas Argentinas, y sin dudas el regreso era esperado, porque las entradas para el campo volaron en un pestañeo. “Durante estos trece años de gira por las provincias con mi proyecto siempre recibí la pregunta por Malón. Pensé que íbamos a tener que hacer más publicidad, pero no hizo falta”, infla el pecho O’Connor, pero son los cuatro los que se relamen pensando en un show que definen de antemano como “histórico para Malón e histórico para el heavy metal”, del que va a quedar un recuerdo concreto, porque está en los planes la grabación de un DVD. “Ponemos toda la carne al asador, y esto tiene que estar documentado”, apunta Strunz. “El show va a estar basado en nuestros discos de Malón pero, como también fuimos parte de la banda más grande de heavy metal que existió, va a haber muchos temas de Hermética. Porque el fanático de Hermética, en Malón, está escuchando Hermética. Si mañana se junta Hermética, sonaría de la misma manera que lo hace hoy Malón. Lo único que falta acá es un bajista, que era Ricardo, y Karlos (Cuadrado) puede hacerlo tranquilamente”, se juega Romano.
Romano: —No teníamos una idea. Nuestro último show había sido para 4 mil personas en el estadio cubierto de Ferro. Si nos guiamos por la gente que llevan las bandas de más convocatoria, teníamos un techo de 4 mil personas, que es Almafuerte. Nos sorprendimos porque tenemos casi todas las entradas vendidas para este Malvinas, que son 7500. Nadie pudo llenar el Malvinas hasta ahora, y tuvimos la suerte de ser nosotros.
Strunz: —Es evidente que había un vacío en el espectro del heavy, porque de lo contrario no se explica que estemos por meter más gente de la que metíamos antes. No estamos ocupando el lugar de nadie, pero nadie ocupó el lugar de Malón.
R.: —Si hay algo que siempre nos diferenció de muchas otras bandas era que poníamos todo en sonido, buenas luces, un buen escenario. No nos importaba llevarnos una guita menos por invertirla en eso, queríamos estar a la altura de todas las bandas internacionales que venían. Lo único que adelanto es que se van a sorprender desde el momento en que entren al estadio.
Los discos de oro de Hermética se lucen en la pulcra oficina que ocupa el Pato Strunz en lo más alto del boliche The End, en Flores. Resplandecen como un recuerdo vivo que nadie quiere dejar escapar. Por eso, los músicos de Malón se juntan como para atrapar esos sueños y darles forma otra vez. Fue el propio baterista quien, probablemente motorizado por su subconsciente, encendió la llama de este reencuentro. “Recuperé las imágenes de nuestro recital en Ferro, cuando presentamos Justicia o resistencia, y los llamé a ellos para contarles”, recapitula. Y O’Connor completa: “Pensamos que sería buena idea sacar un DVD con ese material, y ahí le dije: ‘¿Por qué no tocamos para apoyar la salida del DVD, y nos sacamos las ganas?’”.
La separación había sido a instancias del mismo O’Connor, decidido a volcarse a su plan solista, con el que sigue en carrera y se prepara para lanzar un disco de covers: “En 2001 hubo una reunión a la que me habían invitado, pero me pareció que iba a quedar poco serio mi proyecto si volvía a la banda a pocos años de salir. Ahora, el regreso de Malón no le hace sombra a mi faceta con O’Connor, y además hacía falta una banda bien extrema, bien pesada”. Strunz sí masticaba la amargura de una cuenta pendiente: “No me gustó cómo se terminó la banda en su momento. Siempre soñé con la posibilidad de volver a juntarnos. Hoy, que estamos más grandes y nos afianzamos en un montón de cosas, fue más sencillo poner las cosas en orden”.
Después de haberse visto cara a cara y resolver pequeñas diferencias que los enfrentaban, los músicos aceptan no ser “cuatro gotitas de agua”, pero sí dicen estar maduros como para poder superar los roces. Ahora bien, ¿se trata de un simple touch and go, un ejercicio nostálgico? ¿O hay Malón para rato? “La idea principal de todo esto fue hacerlo porque nos sentimos bien juntos. Nunca nos juntamos para hacer sólo un show sino que resolvimos lo que teníamos que resolver y vamos para adelante. Nos están llamando de un montón de lugares del interior, y de otros países también. Si bien tocamos en México, Perú o Chile, ahora también nos están llamando de Ecuador, de Cuba, y más vale que lo vamos a hacer, porque para eso estamos. En febrero vamos a Cipolletti y a Cosquín, y en marzo a Comodoro”, se entusiasma el Pato, y O’Connor adelanta: “Es un regreso emotivo porque se están sumando muchos shows y en lugares importantes. Acabamos de cerrar para ir a Ecuador en febrero”.
R.: —Cualquier banda siempre tiene planteado grabar. Ya en los ensayos se va viendo. Desde el primer día que nos juntamos que, para calentar, nos pusimos a zapar y empezaron a salir cosas. Hay una química entre nosotros que provoca eso.
R.: —Vamos puliendo algunas cositas. No nos pusimos de lleno con eso porque estamos ensayando para este show, después de tanto tiempo necesitamos ensayar para sonar tan ajustados como antes.
O’Connor: —Yo no estoy pensando en el disco; y el día que se dé, soy el último en meter mis cosas. No me quiero apabullar con ese compromiso. Seguramente lo hagamos, pero no estamos embalados. Gracias a Dios no me imagino cómo pueden llegar a ser esos temas, me gusta la cosa espontánea: escribo cuando hay que hacerlo para las canciones, he escrito por fuera de las canciones y me parecieron cosas desfasadas, nunca pude rescatar nada para un tema. Necesito que la canción misma me diga cosas, me mande hacia algún lugar.
R.: —De lo que estoy seguro es que el espíritu va a ser el mismo, porque los problemas siguen estando.
* Malón regresa a los escenarios este domingo en el Estadio Malvinas Argentinas, Gutenberg 350. Desde las 18.
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