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Jueves, 30 de mayo de 2013

RONDAMóN CONTRA LA CHUZMA DEL REGGAE

“No vendemos nada porque no ganamos nada”

Lejos del combo “playa + sol + reggae”, estos marplatenses les ponen pogo a sus vibraciones y no se ocupan de Africa, sino de sus vecinos hambrientos.

 Por Santiago Rial Ungaro

Así como en algún momento apareció un stencil de Don Ramón con la leyenda “Los Ramones” apropiándose del personaje y, en otra ocasión, un montaje de Ramón Valdez a la Jim Morrison, hace años que los marplatenses Rondamón vienen citándolo desde su nombre, apenas cifrado por cuestiones legales. Precisamente diez: Con permisito, su tercer disco, es su festejo por la década de vida y muestra cómo estos músicos se toman el permiso de ocuparse de los ritmos provenientes de Jamaica. “Pensamos en hacer canciones. Es reggae porque lo tocamos así, pero podríamos hacerlo con ritmo de rock”, aminora el cantante Mingo Tambourindeguy ante el NO.

En su caso, como en el de muchas otras bandas, el reggae no es causa sino consecuencia, el destino inevitable de una amistad de años: “Somos de la vieja escuela del rock. Un poco porque necesitás menos instrumentos: si juntás tres amigos, al toque te ponés a tocar rock. Empezamos a tocar onda Ramones”, cuenta. De los Ramones a Don Ramón y del personaje a Rondamón, pero siempre en La Feliz. “Mar del Plata tiene una identidad reggaera y de a poco se fue convirtiendo en una parada obligada para bandas de reggae”, comenta Baltazar Avila, el guitarrista. Mingo parece tener una explicación a esto: “Por ahí tiene que ver con la playa, con ser una ciudad turística. Esta música es un condimento más: el verano, el sol y el reggae. Pasás por la verdulería y están escuchando reggae; vas a un bar y está puesto un dvd de Alpha Blondy, pasa un auto y seguro está escuchando a Marley”, enumera.

Junto al bajista Gastón Lescano, el tecladista Lucas Muñoz, el baterista Nicolás Mareglia y el saxofonista Alejandro Maraude están haciendo bien las cosas: este verano pasado se la pasaron en festivales veraniegos, ya sea en Rosario, Cosquín, Buenos Aires o Mardel. Con algunas bandas que en esta década cruzaron su camino aparecieron simpatías e invitaciones: así es que Dread Mar I, Luis Alfa y Néstor Ramljak de Nonpalidece grabaron con ellos. También Johnnyman Akent de Costa Rica y los venezolanos Zion TPL.

“Cuando arrancamos –ubica Mingo– estábamos aprendiendo el estilo, pero creo que hoy encontramos eso que siempre hubiésemos querido hacer. Y eso se nota en los shows: no tenemos ese sonido hipnótico de bandas como The Abyssinians, que suena re tranqui. Nos gusta que haya pogo, generar otro tipo de energía.” No sólo no se hacen los rastas sino que hasta se animan a tener una mirada crítica sobre el rastafarismo: “Los jamaiquinos tienen eso porque son de ahí, pero estoy seguro de que no son todos tan rastas. Tienen un speech armado y lo tienen que vender. Yo soy de Sudamérica, de Argentina, de Mar del Plata: en el invierno acá hay pingüinos en la calle. Si vamos a hablar de la pobreza, no vamos a hablar de Africa, porque acá a cinco cuadras de casa hay gente que pasa hambre. Nosotros no vendemos nada, porque de hecho no ganamos nada”.

* Sábado 1º en Niceto Club (Niceto Vega 5510). A las 21.

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