Jueves, 8 de agosto de 2013 | Hoy
LA VERDADERA BANDA CON NOMBRE DE MIERDA
Mojón es un notable ensamble heavy no ortodoxo que conjuga sonidos duros y letras densas con franqueza fuera de pose. Estarán en Metal para Todos VI.
Por Juan Ignacio Provéndola
“Si se te llena el culo de preguntas mientras nos escuchás, significa que vamos por el buen camino”, estipula Facundo Gómez, a quien se conoce como El Cura desde la época en la que iba a recitales metaleros ataviado de sotana negra y hábito blanco. No por fervor religioso ni devoción cristiana, sino como efectiva estrategia de marketing para que la gente lo recordara mientras repartía volantes de los programas de radio y las bandas que tuvo en el conurbano sur. Cantante de culto en los estilos extremos del heavy local, pulió con el tiempo una versión más amigable dentro de la música pesada, que lo depositó en Mojón, el proyecto con el que el legendario violero Yankee Ortiz comenzó su lento alejamiento de Lethal. El nombre de la banda está inspirado en el excremento con forma humana (o humano con forma de excremento) de South Park. En rigor, un nombre de mierda.
Como sea, esta historia remonta sus orígenes a los finales de la década del 90, cuando no había más aspiraciones que realizar algunos covers de Black Sabbath o Faith No More. Entonces cantaba Tito García, otro Lethal, con quien grabaron un ep y el larga duración Limar. Patearon el under, sacaron otro disco (Iluminados, con el bajista Gustavo Granata en voz) y probaron diversos rumbos a lo largo de una década regular y diletante, hasta que finalmente El Cura cerró en 2010 las filas que habían armado el Yankee, Granata y el baterista Javier Vera. Los cuatro concordaron en grabar un material que contuviera las nuevas canciones, honrara las viejas y homologara todo en un sonido compacto y actual. “Necesitábamos rescatar la esencia de los comienzos, ya que los discos viejos habían tenido muy baja tirada y nunca alcanzaron la difusión que merecían”, describe Javier. El resultado es Desorden mental, doce temas de estudio y tres en vivo en un disco que será estrenado este sábado en Metal Para Todos.
“Si bien todos coincidimos en el amor que profesamos por Faith No More y Black Sabbath, Mojón es una mezcla rara de nuestras influencias, sin miedo a experimentar”, define el Yankee, uno de los músicos de la vieja escuela del jevi nacional que más riesgos sonoros y estilísticos asumió en su carrera. “Nunca me gustó quedarme quieto o encasillado en un solo estilo, aunque es cierto que normalmente hay miedo al cambio tanto en los músicos como en la gente, que a veces no los toma a bien”, explica. Y ejemplifica: “Me suele ocurrir que, mientras toco con Mojón, la gente me reclama temas de Lethal. No entienden que uno quiere o puede cambiar, que es lo que hice al elegir otro camino. Me fui de esa banda por mambos míos..., cosas que suceden después de tantos años de convivencia.” De todos modos, el cariño y el respeto por sus viejos compañeros sigue vigente y no de chamuyo: “Tito canta en uno de los temas de este disco. Yo tengo la mejor con ellos y los extraño, así que cada tanto toco de invitado porque esos temas son parte de mí y disfruto mucho haciéndolos de vuelta”.
El Cura: El amor es una parte muy importante en la vida, seas metalero o hippie, y en Mojón lo expresamos desde distintos aspectos. Inclusive exponemos la violencia de género que nace de una relación amorosa y termina mal. Los prejuicios sobre el tema siempre estarán, al igual que sobre los cambios musicales. En el metal, puntualmente, se tiene que ser el más macho, el más malo y el más antisistema, pero en realidad todos sabemos que ante una mina quedamos como pelotudos y que a la vuelta de un recital no desayunamos fetos crudos sino un café con leche con facturas.
El Cura: La locura está presente en toda la sociedad y pega diferente según el poder adquisitivo: a la gente de bajos recursos la puede llevar a delinquir, mientras que los que tienen guita lo resuelven yendo a terapia. Casi sin darnos cuenta caímos en que el hilo conductor no tiene que ver con los típicos lugares comunes del “¡Eh, gobierno puto!” o “¡Policía botón!”, sino en distintos estados mentales, reacciones, pensamientos y sentimientos que tienen que ver con la locura o con lo que nos pasó o nos puede pasar a través de ella. Incluso las letras en las que hablamos de milicos, la dictadura o los curas pedófilos nacen de los desequilibrios mentales de estas personas.
* Sábado 10 en Metal Para Todos VI, Microestadio Malvinas Argentinas (Gutenberg 350). A las 19.
Si el jevi argentino es liturgia, fe y ceremonia, Metal para Todos se convirtió en su fiesta patronal a fuerza de oferta y constancia. Porque, a excepción de Malón, no hubo banda o solista del palo que a lo largo de sus ininterrumpidas ediciones (las primeras tres en El Teatro de Colegiales, las siguientes en el Malvinas Argentinas) no haya pasado aunque sea una vez por esta cartelera, cada vez más abundante en artistas, más abarcativa en generaciones y más generosa en estilos. El paroxismo de estas premisas está en Heavysaurios, cuya recepción por parte del público constituye una de las principales incógnitas de esa jornada; encima fueron programados para las 17, justo antes de La Bestia, el show tributo a Maiden con músicos de Horcas, Tren Loco, Mastifal y afines.
A diferencia de los dos últimos años, el cierre de esta sexta edición no estará a cargo de Almafuerte sino de Rata Blanca, que no se presentará con la alineación actual sino con la que grabó aquel gran debut de cuya edición se cumplirán 25 años el próximo 24 de octubre. El formato ya había sido reestrenado el 18 de mayo en el mismo escenario (donde la banda repasó de punta a punta y en estricto orden las nueve canciones de esa pieza de culto) y contará nuevamente con el baterista y co-fundador del grupo, Gustavo Rowek; el cantante Saúl Blanch, retomando el lugar que tras su partida ocupó Adrián Barilari; y el apoyo de Sergio Berdichevsky en guitarra rítmica, sumándose así al eterno bajista Guillermo Sánchez y al guitar hero Walter Giardino, amo y señor de una banda creada por su influjo y sostenida por su creatividad. Un momento sublime para fanáticos que difícilmente se vuelva a repetir.
El estadio abrirá sus puertas a las once de la mañana y los artistas se irán sucediendo simultáneamente en tres escenarios. También habrá espacio para otros reencuentros como el de Alakrán, la presencia de Horcas y Carajo orillando los horarios centrales y el Tano Marciello de Almafuerte y el ex V8 Alberto Zamarbide como los solistas más destacados. Todo eso este sábado 10 en el microestadio Malvinas Argentinas, Gutenberg 350. La cartelera completa está disponible en Metalparatodos.com.ar
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