Jueves, 19 de septiembre de 2013 | Hoy
MICHAEL MONROE, ENTRE EL CUERNO Y LA AUREOLA
El rockero finlandés se inspiró en los Dead Boys y derramó su idea del look en la música sobre los Guns N’ Roses. Y tiene nuevo disco solista.
Por Santiago Rial Ungaro
No es que el tipo se esté haciendo el vivo. Ni siquiera que se esté haciendo el muerto. Pero va ya casi media hora desde que el NO intenta hablar con Michael Monroe sobre Horns and Halos, su flamante nuevo disco solista, y el ex Hanoi Rocks no puede parar de hablar sobre los Dead Boys, legendaria banda punk de los ‘70. Matti Fagerholm, más conocido como Michael Monroe y uno de los rockeros más famosos salidos de Finlandia (cuna de Stratovarius, Nightwish, Finntroll, Apocalyptica y Sonata Arctica), conserva su inocencia de fan: “¡Los Dead Boys fueron los Sex Pistols norteamericanos, eran realmente fantásticos! Y Stiv Bators fue como mi hermano mayor”.
Con su mezcla de punk, metal, pop y glam rock, la música de Hanoi Rocks siempre estuvo fuertemente influenciada por la banda del a menudo olvidado Bators, líder también de The Lords of the New Church y muerto en 1990. Monroe y Bators compartían piso en Nueva York... y las mismas costumbres. El título de su primer disco con Hanoi Rocks, editado en 1981, citaba a la capital del sudeste asiático de donde provenían las piedras... de heroína (Bangkok Shocks, Saigon Shakes, Hanoi Rocks).
“Cuando tenía 19 años, en Helsinki, mi idea de tener una banda era que la música y la actitud eran importantes, pero también la imagen, el look. Lo más importante del punk y de gente como Johnny Thunders, Stiv Bators o los Ramones era más que nada la actitud. Siempre escuché todo tipo de música: punk, reggae, rock & roll, y lo mío es una mezcla de todo eso. Pero nunca se va a hablar demasiado de los Dead Boys. Ellos tenían ese sonido killer rock onda Stooges, que para mí siempre fue la posta. Era tan familiar con ellos como después lo fui con Slash o Axl.”
Lo cierto es que el brío melódico que tiene Horns and Halos (donde toca el bajo Sami Yaffa, ex Hanoi Rocks), con hits instantáneos como Stained Glass Heart, Ritual, Eighteen Angels o el tema epónimo, es simplemente envidiable. Contra todo pronóstico, Monroe envejece con gracia y hasta afirma estar en buena condición física: “La verdad es que es más divertido tocar si te sentís bien y estás en forma. ¿Cómo hice para cuidarme? Creo que el secreto es que siempre me aburrió un poco la bebida. Chupaba, pero nunca me copó demasiado”, dice este simpático y aún glamoroso cincuentón que con su música e imagen sirvió alguna vez de modelo a seguir para Guns N’ Roses –grabó su saxofón como invitado en Use your Illusion y también en The Spaghetti Incident?, justamente para Ain’t It Fun (un cover de los Dead Boys) y aún podría darle un par de lecciones al enroscado de Axl.
“Con Slash cada tanto hablamos, pero a Axl la verdad es que hace un buen tiempo que no lo veo. Ni sé en qué anda...”, dice lacónicamente y rescata al ninguneado Steven Adler, batero original de los Guns: “La banda perdió muchísimo sin él, ganó en fuerza, pero perdió onda; quizá técnicamente no era brillante, pero lo mismo nos pasa a nosotros. Pero si lo fuéramos, quizá nos volveríamos aburridos. La verdad es que nunca toqué en una banda con tanta química y sentimiento. Aún sigo siendo el mismo. Y la verdad es que la mayoría de la gente no vive la música tan apasionadamente como yo”.
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