Jueves, 6 de mayo de 2004 | Hoy
CUATRO OPINIONES DESTACADAS
Doolittle (1989).
En 1990 apareció en mi casa un cassette que de un lado decía
Ministry y del otro Pixies, pero los rótulos
estaban al revés, así que pensé que Pixies era Ministry
y viceversa... El disco grabado de ellos era Doolittle, que al principio no
me gustó. Pero un día mi hermana lo puso cuando recién
me despertaba, que es el momento que uno está más atento, y empezó
a cautivarme. Where is my mind es impresionante. Influyó
mucho en mis gustos musicales, porque venía de escuchar más punk,
y esto era otra cosa, tenía otra vuelta de rosca. Todavía siento
que la combinación del grupo es única, cada uno de los músicos
es irreemplazable. Si Sonic Youth fueron los Rolling Stones de esa época,
entonces los Pixies fueron los Beatles. Influyeron tanto en las décadas
que vinieron después que son tan importantes como esas bandas. Sin desmerecer
a Nirvana, para mí ocuparon el lugar que tendrían que haber tenido
los Pixies. CRISTIAN ALDANA
Bossanova (1990). Fue
el disco por el que entré a los Pixies y el que me hizo mirar tanto para
atrás como para adelante. No sé si he perdido la objetividad,
pero no hay ningún disco de ellos que me parezca flojo, aunque los haya
más rudos o más delicados. Una vez me hicieron una encuesta sobre
mis cuatro bandas preferidas de ese momento y puse: 1) Pixies 2) Pixies 3) Pixies
4) Sonic Youth. Siempre ponía Bossanova para saltar con el cover de Cecilia
Ann en el lugar donde trabajaba. Esa versión siempre me hizo acordar
a un lado b de The Cure y me tocaba el corazoncito dark. Y Velouria
se me convirtió en una especie de mantra. Para mí, los Pixies
son como los Beatles de ese momento, porque a diferencia de las bandas de la
época, hicieron algo único y que todavía suena actual.
GASTON MOREIRA
Trompe Le Monde (1991).
Sergio Rotman me hizo escuchar Bossanova y Goo de Sonic Youth en 1990,
y me llamaron mucho la atención, así que cuando salió Trompe
Le Monde fui directo a comprarlo. Me acuerdo de que me gustó que el disco
fuera metalero, violento, no tan sutil como Bossanova. Al contrario de mucha
gente a la que no le gustó tanto, para mí la carrera de Pixies
siempre fue progresiva. Por eso, cuando salió, Trompe Le Monde me pareció
el mejor disco del grupo. Ahora, a la distancia, no sé qué onda,
porque a los Pixies los escucho de otros modos: pongo más los lados B
o el compilado con el disco en vivo (Death to the Pixies). No me considero súper
fanático de la banda, aunque en realidad tengo todos los discos. Debe
ser que, como es un fanatismo que desarrollé de viejo, entonces tiene
menos intensidad. ARIEL MINIMAL
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