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El milimétrico Mantella

Héctor G. Oesterheld, Carlos Trillo, Ricardo Barreiro, Eduardo Mazzitelli... ¿Ricardo Mantella? En un país con altísima tradición de guionistas con renombre mundial (Mazzitelli es capo en Italia, por ejemplo), difícil pase desapercibida la aparición de un nuevo prócer. “Tiene unas ideas increíbles”, sostiene Timarchi. “Es muy imaginativo, le encuentra la vuelta a historias comunes”, subraya Cabrera. “Es la estrella de Bastión, tal vez el nuevo Trillo, se ilusiona Accorsi. Pero Mantella, de apenas 31 años, pisa el freno: “Todavía me falta muchísimo para llegar al nivel de los grossos”, aclara.

Admirador de Borges y Henry Miller, y con historias que suelen ahondar en la ciencia ficción existencialista, el guionista de Bastión se reconoce fanático de la narración en imágenes: “Cuando pienso una historia, siempre veo primero las escenas, recién después los diálogos”, dice. Quizá por eso, nunca le interesó escribir cuentos o novelas, pero sí hacer cine. “Es mi cuenta pendiente”, admite. Timarchi cuenta que el guionista piensa tan al detalle las secuencias visuales que después los dibujantes le piden descansar un número. “Los vuelve locos”, revela entre risas. Hoy, Mantella encara “El Hombre Primordial”, una miniserie de un superhéroe con síndrome de Down, su obra más jugada. El dibujante recayó sobre Germán Erramouspe, un pibe que trabajaba en Brandsen en una curtiembre y dejó todo para venir a Buenos Aires y dedicarse a la serie. “Nos cayó del cielo”, dice Mantella. “Justo tenía el estilo que estábamos buscando con Matías.”

“Comiqueando”, un amigo que vuelve

A lo largo de sus 54 números y siete años, Comiqueando se convirtió, junto a la aún vigente La Cosa, en una de las revistas para jóvenes más influyentes de los ‘90. ¿El motivo? Simple: hablaban con altura de lo que otras publicaciones consideraban una bajeza, el cine fantástico, los dibujos animados y los comics de todo tipo. Bajo la excusa del periodismo especializado, y con un lenguaje divertido pero no exento de rigor, la revista no tardó en convertirse en alta voz de las nuevas tendencias y espacio multipalo de la movida (sus páginas podían abarcar desde el manga y los superhéroes hasta el comic adulto y la obra de Oesterheld).

Hoy vuelve a las canchas de la mano de Martín Casanova, quien fue primero su fan, después su cadete, más tarde su redactor invitado y actualmente... ¡su editor! “Como ves, me fui apropiando de la revista”, bromea Casanova. La causa del meteórico ascenso fue que el ex director y fundador de la revista, Andrés Accorsi, prefirió monitorear la vuelta desde un segundo plano. Ahora ambos no dejan de asombrarse por el revuelo del retorno: “Grosos totales como Trillo y Liniers se pusieron la camiseta de la revista y enseguida nos ofrecieron colaborar”, se enorgullecen. Y comentan: “Nos llegaron mails de lectores que se lo tomaban como si fueran a reencontrarse con un amigo que de pronto vuelve de afuera”.