UN CHABóN GROSSO
EL SEÑOR LANEGAN
Mark Lanegan es algo (bastante) más que el vocalista ocasional de Queens Of The Stone Age. Durante casi quince años lideró Screaming Trees, una de las bandas de Seattle que precedieron al estallido grunge y que, pese a las buenas críticas, sacaron pocos réditos comerciales cuando todos los sellos grandes se lanzaron a buscar su propio Nirvana. El grupo (en el que Josh Homme tocó la guitarra durante una gira, tras la separación de Kyuss) se formó en 1983 y pasó por dos sellos-estandarte de la independencia rockera de la época, SST y Sub Pop, antes de firmar con una multinacional. La supuesta longevidad de los Screaming Trees es engañosa, ya que sus miembros vivían peleados y sumergidos en alcohol. Mientras, Lanegan desarrolló una carrera paralela sorprendente: si con el cuarteto rockeaba como buen hijo de Seattle, su garganta gastada a base de 60 cigarrillos diarios –cifra declarada por él mismo– se ponía melancólica y oscura a la hora de hacer discos solistas. Las referencias más obvias son Nick Cave y Tom Waits, pero con un acento folk. El primer disco solista de Lanegan iba a ser un EP de blues con Kurt Cobain, Chris Novoselic y Mark Pickerel, batero de los Screaming Trees, pero el proyecto finalmente tomó otra dirección. Su último trabajo, el muy recomendable Field Songs, es el único que fue editado en la Argentina.