84-91-03 / SEGUN PASAN LOS AÑOS
› Por Javier Aguirre
Terminator (1984) Primavera alfonsinista. Era del casete y la Commodore. El hip-hop y el house “de Chicago” escriben los primeros “motherfuckers” y bpms de su historia. Los videogames abandonan la dictadura bicromática y empiezan su revolución. Auge del reloj de pulsera con jueguito y del locuaz Kitt, “el auto fantástico”. Aparecen el primer disco de Soda Stereo y el debut solista de Andrés Calamaro. “Fútbol de Primera” va por Canal 7, con Macaya rodeado de un helecho estatal y la voz de Mauro Viale (“Harabina”).
Terminator 2 (1991) Primavera menemista. Era del CD y la PC con el audaz “Príncipe de Persia”. El flipper con la totémica silueta del Arnold blanco causa furor, aunque el gran videojuego del Imperio es la televisación de la Guerra del Golfo “Episodio 1”, por CNN. Francella y Emilio Disi se vuelven “exterminators”, el rap llega a la Argentina de la mano de Jazzy Mel y Walter Bulacio se convierte en mártir ricotero. “Fútbol de Primera”, tras su paso por Canal 9, se vuelve transgresor gracias a que Araujo repite insistentemente la palabra “crazy”.
Terminator 3 (2003) Primavera kirchnerista. Era del MP3, Matrix y el cyberespacio. Las cuevas de juegos en red voltearon la hegemonía del modelo Sacoa. Las bandas se polarizan: o son dinosaurios, o teen-pops de castings televisados. La saga de Saddam cambia de nombre en el “Episodio 2”: ahora es “B - Invasión Bush”. “Fútbol de Primera”, por Canal 13, digitaliza el glamour barrabrava y se yergue como catedral virtual. ¿Macaya? Crionizado.
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