“No, querido, no me acuerdo de esa película; no sabría decirte”, fue la cálida pero firme respuesta telefónica que dio al No doña Sarah Connor. El desafío no podía ser mayor: la guía telefónica había revelado la existencia de una Sarah Connor en la Argentina, y el Departamento de Contrainteligencia Surreal del No (DCSN) sintió suya la misión. Pero la señora “bonaerense, voz de abuela” negó conocer la película y no pareció dudar ni por un instante sobre la identidad de quién la llamaba: ¿era un periodista en la noble búsqueda de la verdad o un asesino serial mecánico enviado del futuro para interrumpir su descendencia? Las dos eran posibilidades igualmente creíbles.
–Es una película del actor Arnold Schwarzenegger, y hay un personaje que se llama como usted. ¿La vio, le comentaron algo, o la llamaron por teléfono alguna vez para hablarle de la película?
–Mmmnno. Creo que no.
–Ah.