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“Yo sé que es un lugar común de la cultura rock, pero aquí en México es difícil hacer comprender a la gente por qué quieres hacer un álbum solista”, explica Joselo, que cuenta que a la hora de justificar su decisión a veces utiliza parámetros del rock argentino, como el proyecto Cerati-Melero. También cuenta que el suyo parece haber funcionado como punto de partida de una especie de fiebre por los grupos paralelos en su país. Uno de ellos es Moderato, un grupo de covers, bien ochentoso, formado por integrantes de Molotov, Titán o el desaparecido grupo Fobia. También el resto de sus compañeros ya está pensando en su disco, pero antes será hora del nuevo de Café Tacuba, el primero dentro de su millonario contrato con MCA. “Todas las disqueras se nos acercaron con propuestas cuando terminó nuestro contrato con Warner, pero la que elegimos era la que nos daba más libertad. Mientras entreguemos nuestros discos, el contrato con MCA nos permite también hacer proyectos paralelos o participar como invitados en los discos que queramos”, explica, y no quiere dar más precisiones del nuevo contrato, ya que aún no es oficial. Extraoficialmente, mientras tanto, se dice que el grupo le habría costado a MCA –compañía a la que está indirectamente vinculado Santaolalla con su sello Surco– unos 2 millones y medio de dólares. Lo cierto es que los Tacuba dieron por terminado su año sabático, y ya se están reuniendo a trabajar en su próximo álbum. “Muchos nos preguntan si será instrumental, y nosotros respondemos que ya hemos hecho un álbum instrumental, que en una de ésas queremos hacer otra cosa”, cuenta el guitarrista, que comenta que al grupo no le gustaría ser percibido apenas como una banda que hace un disco y una gira. “Es algo de lo que hemos escapado recién luego de Revés”, explica Joselo. “Porque demostramos que usamos de manera creativa la libertad que conseguimos a fuerza de creatividad. Porque uno siempre se pregunta cuál es la razón por la cual un grupo, una vez que ha conseguido un lugar de privilegio, sigue haciendo una y otra vez la misma cosa. Y la respuesta puede ser que no es una cuestión de buena o mala posición económica. La gente siempre se hace ideas, y piensa que lo importante es conseguir una buena posición económica para después poder hacer lo que uno realmente quiera. Pero si no haces esto por convicción, por más que te apoyen o no, seguirás haciendo siempre lo mismo. Nosotros, por ejemplo, siempre hemos hecho lo que quisimos, desde el mismísimo comienzo. Cambiando una y otra vez, buscando sorprendernos. Y no vamos a dejar de hacerlo.”