INEVITABLES
Pasaron quince años de la muerte de Gregorio y Esteban debe viajar al campo de la familia para cancelar sus deudas. Poco sabe de los últimos días de su abuelo. Se dice que fue Robustiano quien lo encontró tendido en el suelo junto a su caballo, abrazado a él. Pero, en definitiva, se trata de pasar unos días en el campo y sacarse este problema de encima. Por eso, Esteban decide invitar a Matías y Fernando para que lo acompañen y pasar un fin de semana con amigos. Así, mientras Matías juega a las cartas en el pueblo y conoce a los acreedores de la familia, Fernando, a pedido de Esteban, organiza el remate de los últimos bienes que quedan. Se venden algunas piezas de maquinaria en desuso y unos caballos jóvenes que Robustiano, a pesar de sus años, ha mantenido en magnífico estado. Pero un caballo es un animal enorme y no es tan fácil deshacerse de él, mucho menos, desterrarlo de la memoria. Con Diego Cremonesi, Francisco Egido y Walter Jakob. Dramaturgia y dirección: Eduardo Pérez Winter.
Miércoles a las 21, Silencio de Negras, Luis Sáenz Peña 663. Reservas: 4381-1455.
Festejando los dos siglos desde la creación del Himno Nacional Argentino, la Compañía de Funciones Patrióticas presenta su nuevo trabajo, inspirado en el recién editado libro de Esteban Buch, O juremos con gloria morir. En su décimo espectáculo, la Compañía de Funciones Patrióticas, el colectivo teatral dedicado a obras exclusivamente patrióticas e históricas, estrena obra y realiza una retrospectiva de canciones, videos, vestuarios, contenidos, formas, situaciones y remates. Himnos, marchas y contramarchas de una nueva gloriosa nación consiste en una suerte de recital teatralizado. Una nueva obra que incluye un “grandes éxitos” de su primer lustro como elenco estable, en un país por demás inestable.
Unica función, martes 9 de julio, a las 17. Reservas: 4104-1000.
Porteño de Caballito y autodidacta, Marcelo Presumido –más conocido como Cabra– es un producto auténtico de las jam sessions que se armaban en un subsuelo de jazz y blues del centro de Buenos Aires, donde compartió escenario con figuras como Luis Salinas, Stanley Banks y Carlos Franzetti, entre tantos otros. Formó parte como vocalista de los grupos de Patán Vidal primero y de Marcelo Gillespie después, con el que grabó discos durante una década, entre ellos Bell vill (2005), nominado al Gardel como mejor disco de jazz. A quince años de su primer quinteto, Cabra finalmente llega al disco propio, acompañado por Patán, Baltasar Comotto, Walter “Nego” Haedo y los hermanos Ibarburu, entre otros. Con ese grupo de lujo, despliega una particular mezcla de universos estilísticos con fuerte anclaje en la música negra y eje en el formato canción, con composiciones propias y versiones de Gilberto Gil, Djavan y Caetano Veloso, con una heroica traducción de esa gema llamada “Los quereres”.
Mucho tiempo ha pasado desde Guachass (2007), aquel debut del grupo de Camila Jettar y Mariana Gascue, producido por Sergio Chotsourian. Presentadas como las sobrinas de Natas, entonces las chicas eran tres, por ejemplo. Ahora quedaron dos, y el cuarteto se completa con Nicolás Taparauskas en bajo y Federico Molinari en batería. Ensayado en el barrio montevideano de Jacinto Vera y grabado en Buenos Aires, Paladar negro es un disco de rock sucio y con ganas, digno sucesor de aquel celebrado debut.
El director Nichollas Stoller parece estar condenado al directo a dvd en Argentina. Su anterior, muy buena comedia Forgetting Sarah Marshall tampoco pasó por los cines locales, saltando a los videoclubes y el cable bajo el título Cómo sobrevivir a mi novia. Nuevamente con producción de Judd Apatow, y en colaboración con el actor y coguionista Jason Segel –responsable de la última resurrección de Los Muppets en el cine–, lo nuevo de Stoller llega en soporte chico. El título original es The Five-Year Engagement (“El compromiso de cinco años”) y cuenta las mil vueltas que van desde que un tal Tom Solomon (Segel) ve frustrado su elaborado plan para proponerle matrimonio a su novia Violet (Emily Blunt) hasta que todo llega adonde debe llegar en una comedia relativamente inofensiva, previa intervención e interferencia de decenas de oportunidades profesionales, de otros casamientos (y funerales) y de amigos y parientes. El asunto tiene sus baches y su resolución es altamente previsible, pero en última instancia lo que importa es que Segel y Blunt hacen una muy buena pareja; y que ella especialmente se está consolidando como uno de los mayores hallazgos de la última década cinematográfica.
La novedad es para quienes no tienen HBO (y no la vieron por otros medios no-formales): la serie-fenómeno de la creadora-guionista-actriz Lena Dunham (y, de nuevo, Judd Apatow, como productor) sobre un grupo de veinteañeras neoyorquinas y sus vicisitudes tras salir de la universidad, acaba de llegar con su primera temporada completa al dvd. A dos años de haber dejado la Facultad de Artes, Hannah (Dunham) cree que llegó la hora de probarle al mundo su genio como escritora; sólo un detalle se interpone entre ella y sus ambiciones: papá y mamá le acaban de cortar el chorro sin avisar, y ahora tiene que conseguirse un trabajo. En medio de sus nuevos problemas, se apoya en el excéntrico grupete que incluye a Marnie (su mejor amiga y compañera de cuarto), Jessa (su bella y viajada amiga inglesa) y su ingenua prima Shoshanna, todas en plena batalla contra la incertidumbre. Son diez capítulos más extras (making of, entrevista con Dunham): casi cinco horas.
Para la nueva edición del ciclo Esperando el DocBsAs se ha programado este extraordinario documental holandés, para el cual el director Vincent Monnikedam reunió películas en nitrato conservadas en los archivos nacionales y registradas por camarógrafos de su país en las colonias de las Indias entre 1912 y 1933. El compilado de más de 200 películas, estrenado originalmente en 1995, permite asomarse a un universo fascinante y poco conocido: en el conjunto se ve cómo gobernaban los holandeses sus colonias, así como la imagen que ellos querían proyectar de su actuación social a través del cine. Los cantos, himnos y poemas dan a los indígenas una voz que atraviesa esta superficie de la imagen “oficial”, transportándonos a ese otro mundo, el de los colonizados. La avanzada de la industrialización, así como el persistente fantasma de la tecnología entran en escena de diversas maneras, mientras la naturaleza –los paisajes más bucólicos–, así como la enfermedad –la lepra y la malaria– consiguen también colarse e imponerse. Gratis.
Mañana, lunes 8 de julio, a las 19, en la Alianza Francesa, Av. Córdoba 946
No hace falta realmente recomendarles esta secuela a los fans de la primera fábula animada de Pierre Coffin y Chris Renaud, que acá vuelven a dirigir. Y cómo no iban a volver a hacerlo, si esos “minions” –esos simpáticos bichos amarillos y de bizarra pelambre– están por todos lados, y prometen generar una fortuna para sus productores esta temporada. Ahora, a lo que importa: se trata de una segunda parte un poco menos inspirada que el original, con el villano titular Gru adquiriendo un potencial interés romántico, una agente secreto de la Liga Anti-Villánica animada vocalmente por la comediante Kristen Wiig. Y atención, quienes puedan, véanla en idioma original, para apreciar el trabajo del inglés Steve Coogan, pero en especial al de Benjamin Bratt, otro ex villano memorable llamado El Macho.
Apenas después de Hannibal, y como un reflejo inevitable de la oleada de “precuelas” e “historias de origen” que sacuden actualmente al cine y la televisión explicando un poco de más lo necesario, llega la historia de Norman Bates. Es decir que, sí, veremos al joven Norman y a su madre, cuando todavía corría sangre por sus venas. Freddie Highmore interpreta a Norman, mientras que Vera Farmiga es Norma, o sea, la mujer que hizo el dudoso trabajo de crianza. El asunto empieza justo cuando Norma acaba de enviudar y compra el motelito del horror, ahora ubicado en White Pine Bay, Oregon. El coproductor y coguionista Carlton Cuse (Lost) ha dicho que una de sus mayores inspiraciones para la serie es no tanto la película de Hitch, como el tenebroso melodrama de pueblo chico Twin Peaks. Es prometedor, aunque no del todo evidente en el primer episodio: habrá que darle una oportunidad.
Desde mañana, los lunes a las 22, por Universal.
Las cosas arrancan brutales en esta flamante miniserie británica, un thriller conspirativo digno de Le Carré: estamos en año electoral, y un inoportuno accidente industrial tiene lugar en una empresa petroquímica estadounidense ubicada en el norte de Inglaterra, causando varias muertes y poniendo en jaque al gobierno. El primer ministro viaja al otro lado del Atlántico para emparchar las cosas y, justo cuando está volviendo, su avión vuela en pedazos. Es hora de que el vice asuma su lugar; ocurre que el segundo en cuestión es un férreo defensor de la transparencia democrática, y está a punto de encontrarse con una trama oscura y sucia como una cloaca en la que su propio gobierno tiene las patas metidas hasta sus inglesas ingles. El hombre está interpretado con flemática convicción por Gabriel Byrne, y lo secunda un reparto extraordinario que incluye a otro veterano como Charles Dance, además de Rupert Graves, Gina McKee, Stephen Dillane y otros.
Miércoles a las 23, por Film & Arts.
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