SALí
› Por Rodolfo Reich
A pocas cuadras de la estación de tren, Tertulia se convirtió en uno de los refugios favoritos de los vecinos de Caseros. Es una casona antigua, cuya remodelación mezcló elementos modernos con la vieja estructura y la llenó de pequeños rincones encantadores, como el patio interno con una pared llena de jaulas vacías y un gran cartel que aclara “Los pájaros están en su lugar”. La actividad arranca bien temprano, para recibir a los lugareños con tentadoras opciones de desayuno.
Al mediodía se activa la cocina, con platos para todos los gustos, desde muy bien preparadas carnes (como bondiolita de cerdo marinada en cerveza con batatas agridulces, $120) hasta opciones vegetarianas como el imperdible sándwich Gnomo, de pan de molde blanco con hongos, queso blanco con hierbas, tomate, palta ranch, cebolla caramelizada, oliva y manteca ($102), además de una variada lista de ensaladas que combinan ingredientes frescos y abundantes (desde $88). Por estos días están armando nueva carta de estación, que -prometen- va a sumar algunas opciones invernales.
A la tarde mandan las tortas, clásicas y deliciosas (no hay que dejar de probar el carrot cake de la casa) y los fines de semana es el turno del brunch, con un despliegue de huevos revueltos, tostada de brioche, salmón ahumado o jamón crudo, papas rústicas, hotcake de banana, frutos rojos y crema, jugos, limonada e infusiones. Lo sirven sábados, domingos y feriados de 11 a 15 y cuesta $220.
“Tertu”, como lo llaman cariñosamente los habitués, es el sueño de Sol, Guadalupe y Luli, prima y hermanas que crecieron en una familia en la que todos hablan a la vez y se ríen con ganas. Para ellas, cada cumpleaños, fiesta o celebración es una tertulia. Y aunque ninguna de las tres es del palo gastronómico, hicieron realidad el sueño de tener uno de esos “lugarcitos” a los que tanto les gustaba ir en sus salidas. Después de un inevitable período de ensayo y error, hoy se las ve orgullosas de su logro. Un orgullo justificado.
Tertulia queda en Rodríguez Peña 875, Castelar. Teléfono: 4627-8873. Horario de atención: lunes a viernes de 7.30 a 20; sábados y feriados de 9 a 20.30; domingos de 10 a 20.30.
Para planificar un menú semana de almuerzos ricos, sanos y variados, La Gaya es una opción de delivery que vale la pena tener en cuenta. El proyecto nació como un restaurante a puertas cerradas en el barrio de Almagro, que buscaba ampliar las opciones veganas en la ciudad porteña. Y si bien desde el pasado verano ya no abren al público –en una pausa que posiblemente sea temporal– el lugar continúa en actividad, ahora con un servicio de comidas a domicilio.
El objetivo anunciado del espacio es ofrecer esos platos que sus mismos creadores quisieran comer. Nada de milanesas de soja resecas ni salteados de arroz integral insulsos. Aquí, con inspiración en la cocina étnica, se apuesta a sabores intensos. Del Caribe llega un arroz con porotos negros, cebolla morada, pimiento rojo, tomate y cilantro, acompañado por guacamole y patacones (plátano frito), que convive con una musaka inspirada en Grecia, de berenjenas y zucchinis asados, con arroz yamaní, pasta de porotos colorados, espinaca y salsa de tomate o con un liviano budín de espinaca, quinoa, zanahoria y jengibre con tomates cherry confitados con hierbas y calabazas asadas con salsa de curry y mostaza. Las sopas son especialidad de la casa, lo mismo los sabores mexicanos y marroquíes, que se van alternando en el nuevo menú de cada mes. Además, suman opciones disponibles todos los días, entre ellas la hamburguesa de lentejas con chutney de tomate, rúcula y mayonesa de zanahoria o las empanadas caseras, con rellenos como calabaza asada, zanahoria, choclo, verdeo, jengibre y curry, de berenjenas con morrón ahumado, tomate y cebolla o de brócoli y salsa blanca vegetariana ($15 cada una).
Todo se puede encargar por mail o por WhatsApp entre las 10 y las 12, y el pedido se recibe en casa entre las 13 y las 14, en un radio que abarca Almagro, Villa Crespo y Caballito. Con un valor por plato que promedia los $60, la relación precio-calidad es imbatible: rico, sano y barato.
La Gaya queda en Almagro. Los pedidos pueden realizarse de lunes a jueves por mail a [email protected] o por teléfono o WhatsApp al 15-5669-2804.
Desde la vereda, Casa Munay parece un local más o menos corriente. El salón del frente reparte su espacio en algunas mesitas, una barra con banquetas altas y muchos estantes llenos de productos orgánicos y naturales. Pero un poco más atrás, un patio cubierto muy luminoso permite descubrir la estructura de la casa que alguna vez supo ser este espacio. Ese ambiente, con su onda ecológica encarnada en la ecléctica mezcla de muebles recuperados o creados a partir de los más variados materiales, y las plantas que ocupan cada rincón libre, es el que marca el carácter de todo el lugar. Uno puede arrellanarse en el sillón realizado con mitad de una bañadera (¡mucho más cómodo de lo que suena!) y disfrutar los chapatis de harina integral con distintos rellenos como vegetales grillados, legumbres con tomate, cebolla colorada y palta o vegetales frescos de estación ($80 las dos unidades) o las pizzas individuales, que se pueden pedir con queso vegano de papa (desde $65). Para beber, un jugo de maracuyá, naranja y miel ($45) o un licuado de banana con leche orgánica ($45). También sirven bruschettas (tres por $65), woks ($70), tartas ($60), risottos ($80). Para postre, muy bueno el brownie, de masa húmeda y chocolatosa, con una capa crocante de semillas de amapola que le da una textura diferente a la versión clásica ($40). Los platos del día suman variedad: pueden ser unos ñoquis de zanahoria, papa y albahaca con pesto de tomates secos, verdeo y olivas negras; medallones de calabaza con ensalada de hojas verdes, zanahoria y cebolla colorada o un puchero de seitán.
Las clases de yoga y el taller de movimiento para embarazadas, que se dictan de lunes a viernes en una sala aparte, reservada para estas actividades, completan la propuesta integral del lugar. Según explican, Munay-Ki es un concepto quechua que significa “el poder del amor”, interpretado como ese vínculo entre el espíritu creador y la creación. Y ese poder encuentra una posibilidad de expresión a través de la cocina.
Casa Munay queda en Av. Scalabrini Ortiz 2018. Teléfono: 2051-0269. Horario de atención: lunes a sábados de 11 a 20.
Fotos: Pablo Mehanna
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