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Local mala onda, pero el mejor.
POR CECILIA SOSA
No tienen teléfono. Tampoco delivery. No reservan películas. Tampoco las recomiendan. No cuentan argumentos y no tienen abonos ni promociones. Odian el cine bizarro y al que se las da de intelectual. Si hay algo que no toleran es que les pregunten cuándo salen las películas del último festival. Abren apenas de 10 a 13 y de 16 a 22. Con semejante lista de “noes”, ¿por qué Cineramma es el videoclub preferido de cinéfilos, artistas, actores y periodistas varios? ¿Será que a los cinéfilos les gusta hacerse los raros? Seguro. Pero, además, en Cineramma saben cómo crear mitos.
Bajo el nombre de Picadilly, un pequeño local abrió sus puertas en 1986 en la improbable esquina de Lambaré y Sarmiento. Sumó una amplia colección de clásicos, el mejor cine de autor, inventó el sistema de exhibición por bateas (donde además de clásicos tiene rubros como “diferentes” y “buscadas”) y pronto se ganó el estatuto de “videoteca”.
Sus dueños juran que sólo tienen material original, que fueron los primeros en pasarse al formato digital (y que de paso se deshicieron de todos los VHS sustituibles), que compran lo incomprable y que hartos de ostentar todas las películas que los otros no tenían, cuando llegaron a los 10 mil títulos dejaron de contar.
Pero el gran salto es todavía más reciente. Este año se cambiaron de nombre y, reproduciendo la estética del celuloide de ’50, remodelaron el local de estricto blanco y negro. Para peor, incorporaron merchandising propio. ¿La mascota? Oscar Fierro, un director de cine animé cruza entre Pantera Rosa y Profesor Neurus que se consigue en pins, tazas y pronto en remeras.
La página web (www.estoescineramma.com.ar) atesora manifiestos, desafíos, juegos, convocatorias, ciclos e injurias varias. Si cree poder soportarlos, haga lo que nadie: vaya de paseo al videoclub. El alquiler cuesta 4 pesos por dos días y el 10 por ciento se destina al cine nacional. Si no los tolera, escríbales ([email protected]). Contestan.
Cineramma queda en Lambaré 897.
Abre de 10 a 13 y de 16 a 22.
Juran poder conseguir cualquier película. ¡A desafiarlos!
POR C. S.
Nunca un Harry Potter o un Hombre Araña. Es más: si lo que busca son estrenos deberá internarse bien al fondo del galponesco local de Córdoba y Mario Bravo. Porque en primera fila, y entre las infinitas bateas de cartón, New Planet se archiva una de las mayores colecciones de películas de culto, cine de autor, documentales, independientes y condicionadas del país. En total, más de 20 mil títulos en VHS y DVD con predilección por sagas, remakes y rarezas. A los escépticos, New Planet desafía: “Todo lo que querés ver”. “Si está editada, está. Y si alguien me pide una película, yo se la consigo. Aunque la vea sólo una persona”, redobla la apuesta Adrián Solares, publicista y auténtico entrepreneur.
¿La especialidad de la casa? La decoración de vidrieras. Verdaderas instalaciones trash que festejan las novedades del mes. Ahora New Planet está lleno de dragones, espadas sangrantes y lámparas japonesas: homenaje a La casa de las dagas voladoras, el film de Zhang Yimou que acaba de editarse. La apuesta tiene sus costos: semanas atrás, el local se ganó la acusación de “abortista” por dedicarle una vidriera a El secreto de Vera Drake. En breve se podrá ver un Berlín en llamas coronado para una esvástica para saludar el lanzamiento de La caída. ¿Otro fuerte? Cine erótico con rarezas suecas, taiwanesas y belgas. Y también la más remota colección de superhéroes: El Hombre Invencible, El Hombre Omega, El Hombre de Acero y también, claro, La Mujer Maravilla. ¿Muere por lo prohibido? Asómese a la colección de películas cortadas o censuradas de New Planet. El rubro “Grandes mitos” se reserva a James Dean, Elvis Presley y la star local Isabel Sarli.
En la página (www.newplanetfilms.com.ar), además de catálogos, promociones y abonos sin vencimiento, hay una lista con las 100 mejores películas de la historia. Súmese a la polémica. El delivery llega hasta Almagro, Palermo y Barrio Norte. Pero también hay abonos para los que lleguen en colectivo.
New Planet queda en Córdoba 3521, 4963-1366. Abre de lunes a domingos de 11 a 24.
Videoclub con brigada de recomendadores al rescate.
POR PAULA PORRONI
Favorito de estudiantes de cine y cinéfilos, el videoclub New Film es una suerte de bastión de resistencia en el más bien hostil territorio de Belgrano, ya casi enteramente copado por los mamotretos incandescentes de Blockbuster. Al cruzar la puerta de su discreto local –custodiada por el rostro curtido de Humphrey Bogart, logo del videoclub–, el cliente no deberá enfrentarse a la irritante cubierta de Los Fockers multiplicada por veinte, ni tampoco se verá en la difícil situación de tener que elegir entre Peligrosa obsesión o Mi primera vez 2, si bien existe una muy completa sección con “novedades”. En cambio, si así lo desea, tendrá la oportunidad –cada vez más escasa en el mercado local de videoclubes– de llevarse una buena película a casa, elegida de entre la gran variedad de títulos, tanto en VHS como en DVD.
Prolijamente ordenadas por país y/o director, hay pocas películas que el video no tenga. Su fuerte: los clásicos y el cine de autor, de King Vidor a Martin Scorsese, de Friedrich Murnau a Alexander Sokurov. Además, New Film dispone de varias de las soñadas “colecciones de actor” en DVD; entre otras, la caja de Marilyn Monroe, la de Steve McQueen y la de James Dean. Y si de repente uno se siente perdido entre tantas seductoras opciones o simplemente quiere probar algo nuevo, no tiene más que acercarse al mostrador y pedir auxilio: el video cuenta con una especie de “Brigada A” de expertos en cine, entrenados para descifrar los siempre crípticos deseos de los clientes, como ser: “Me gustaría ver una película de zombis, pero romántica” o “Hay un film mudo de la República Checa, pero no me acuerdo el título”. En cualquier caso, siempre está la certeza de que la recomendación, sino perfecta –nadie es infalible–, al menos redundará en algo interesante. Y si a la salida todavía no está convencido de lo que se alquiló –¡bendito aquel que encuentra una película a la medida de sus deseos!– siempre puede arrodillarse y rezarle al icono de San Humphrey Bogart, patrono de los cinéfilos desamparados.
New Film queda en O’Higgins 2172, 4784-0820. Abre de lunes a viernes de 10 a 22, sábados de 10 a 23 y domingos y feriados de 11 a 22.
El más completo catálogo de cine raro, malo y feo. ¡Qué espanto!
POR P. P.
A primera visita, lo menos llamativo de Mondo Macabro son sus películas. Es que en este videoclub todo parece competir por la atención del cliente, desde el enorme Godzilla de yeso a la entrada del local hasta la esmerada decoración en el interior que, al estilo Tren Fantasma –esa mezcla tan asumidamente local de terror y truchada tercermundista– incluye amenazantes tarántulas que bajan del techo, momias deshilachadas, féretros con muertos en trajes baratos, cabezas serruchadas con ojos salidos y piernas de maniquí atravesadas por clavos. Cuando por fin uno logra concentrarse en las películas en alquiler, la sorpresa no es menor: junto a la más convencional clasificación por director –con todas las figuras clave de los géneros fantasía, terror, sci-fi, “cine independiente” y adultos, en los que se especializa este videoclub– existe una agrupación mucho más peculiar, según categorías tales como “Futurismo y Post-Apocalipsis”, “Monjas de Clausura”, “Nazi Exploitation”, “Olmedo y Porcel”, y “Mascotas Peligrosas”, por mencionar algunas. Dentro de este variopinto conjunto, la aparición de la categoría “Demasiado Extrañas” resulta por lo menos intimidante (en cualquier caso, queda a criterio del lector decidir qué es más bizarro: si una película sobre garrapatas mutantes fuera de control u otra con Fabián Gianola en el papel de monstruo deforme). De cualquier modo, no todas son rarezas en Mondo Macabro: el videoclub ostenta también algunos títulos casi imposibles de conseguir, como Gerry de Gus van Sant o Instituto Benjamenta de los hermanos Quay.
Y como si todo esto fuera poco, el dueño tiene su propia productora, “Buenos Aires Rojo Shocking”, con la cual lanzó Los inquilinos del infierno (película sobre fantasmas) y está filmando una segunda (seguramente aún más perturbadora) en un pabellón abandonado del Hospital Tornú. A no perdérselas, que –como reza el slogan del videoclub– “a los sustos hay que dárselos en vida”.
Mondo Macabro queda en Corrientes 1248, Galería Taurus (local 63/73), 4381-3376. Abre de lunes a sábados de 12.30 a 21.
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