SALí
Empanadas vedette, ñoquis de mandioca, carbonada y veladas extendidas de peña independiente
Por Cecilia Sosa
Ahora que llegó el frío nada mejor que contar con algún lugar donde disfrutar un buen plato de comida caliente, invernal y casera. Cuando el ánimo es comprometido y federal, nada mejor que La Peña del Colorado. Aunque la vedette de la casa es la empanada (de masa casera, con carne de lomo cortada a cuchillo y horneada en el momento), también se ofrecen imponentes humitas en chala, sabrosos tamales, locro con recetas secretas, carbonada con fruta (imperdible el toque agridulce que le dan los duraznos), ñoquis de mandioca, y hasta cazuela de barro al horno con quinoa (un cereal incaico, tan nutritivo que lo comen los astronautas). Para los de gustos camperos, nada mejor que el cordero al vino tinto servido en “cazuela” de pan casero y una parrilla siempre lista para sacar un morcipán calentito o un bife de chorizo a punto.
La propuesta culinaria de la peña viene con plus de regalo: todas las noches, míticos folcloristas de todo el país, invitados internacionales y estrellas del neo-folk se dan cita en un enorme salón popular donde los shows que se inician sobre el escenario e invariablemente se extienden en bailes y guitarreadas espontáneos.
La Peña del Colorado es una creación personal del “Colo”, un amante del folclore nacido en Necochea, que durante cuatro años regenteó la más importante peña de Salta y que hace diez que se instaló en una antigua casona de Güemes, que ya devino en la meca del folclore social y alternativo. En la peña, nadie viste de gaucho, no hay glamour for export, ni revoleo de ponchos. Sin embargo, extranjeros y locales adoran por igual sus veladas desordenadas y se acercan durante las tardes para mateadas que vienen con chipá, pastelitos, tortilla santiagueña o bollo tucumano.
La peña, que no cierra nunca, también dicta talleres de bombo, baile y guitarra y una impresionante colección de discos de productoras independientes. En mayo, también se independizan los lunes de puchero y el tomaticón con chicoca de tomate y carne, la revelación cuyana.
La Peña del Colorado queda en Güemes 3657. Abre todos los días todo el día. Reservas al 4822-1038. Cronograma de espectáculos disponible en www.lapeniadelcolorado.com
Cazuelas económicas y mondongo a metros de Callao y Santa Fe.
Por Julieta Goldman
Cumaná es la capital del estado de Sucre (Venezuela) y la primera ciudad fundada por los españoles en América del Sur. Y es también uno de los lugares donde, en Buenos Aires, se elaboran recetas típicas de la cocina criolla y regional. Lentejas, carbonada, pastel de calabaza o papa, pizzas de campo, baguetones, mondongo, cazuelas económicas o arroz salteado con hongos y queso fundido son algunas de las especialidades que pueden ayudar a combatir la ola de frío polar que llegó por estos últimos días y que pareciera no querer partir.
Manteles de papel y canastita con crayones son los anfitriones de cada una de las mesas de madera que funcionan a la perfección como engañadores de estómago. Imposible entonces no ensuciarse los dedos y aliviar la espera con dibujos coloridos, inscripciones o juegos. Es probable que más de uno haya aprovechado esa ocasión y, crayón en mano, realizara confesiones de todo tipo. Mal no estaría entonces coleccionar aquellos mensajes de los clientes optimistas y enamoradizos e intentar descifrarlos.
Hace ya algún tiempo varios locales incluyeron la opción mate para las tardes. Cumaná fue quizás uno de los primeros en mostrar sobre las mesas pavas plateadas (nada de eléctrica ni silbadora). Se sirven de 16 a 19.30 y se acompañan con canastas de bizcochitos o pan casero (un verdadero vicio), con mermelada o dulce de leche, por supuesto. La yerba puede ser común, saborizada o bien un saquito de boldo sumergido en la pava le da gusto al agua. Que no falte ningún elemento autóctono para hacer de esta merienda una verdadera migración hacia el campo.
Por si faltan más detalles para confirmar la representación rural, cantidad de objetos antiguos, un visible horno de barro, luz tenue y algunas velas decoran el oscuro espacio ubicado a una cuadra de la céntrica Callao y Santa Fe. Los fines de semana y por las noches es recomendable ir con tiempo y paciencia para una posible espera.
Cumaná queda en Rodríguez Peña 1149, 4813-9207. Abre de 11.30 a 1 de la mañana.
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