Domingo, 3 de febrero de 2008 | Hoy
SALí
Que nadie se sorprenda si en la habitual vuelta al trote a la plaza se observa repentinamente un grupo de personas, quizá más de mil, y alguna performance poco habitual en el lugar. Es que este verano, en varias plazas de la ciudad, se concentran entre semana distintas actividades al aire libre. Por ejemplo: cada lunes a las 21.30 el público toma contacto con distintos actores que trasladan su habitual escenario de tablas al pasto, los arbolitos y la mezcla de luz natural con apenas algunos reflectores dentro del ciclo Monólogos extrovertidos. Carlos Belloso se encargó de inaugurar la movida tres semanas atrás en la Plaza San Martín de Tours y sus seguidores lo aplaudieron de pie o desde sus reposeras y banquitos. Mañana, en Palermo Viejo, le tocará a Edda Díaz cautivar al público palermitano.
Martes es el día de franco de las plazas y reciben al miércoles con un nuevo capítulo del ciclo “Entre árboles”, en el que poetas de distintas generaciones recitan en medio del Jardín Botánico acompañados por música en vivo. Todavía resta que desfilen las canciones de Lisandro Aristimuño, Manuel Ochoa y Mariana Melero, y las lecturas de Andi Nachón, Pipo Lernoud y Susana Villalba, entre otros.
Para terminar la semana, los viernes a las 19.30 es el turno del ciclo “Historias del jardín”, teatralización de poemas de Mario Benedetti y cuentos de Ileana Ledesma con música ejecutada en vivo y puesta en escena de Tina Serrano. Por tratarse de un recorrido interactivo por diferentes espacios escénicos naturales, donde conviven actor y espectador, los cupos son limitados y las entradas pueden retirarse media hora antes de la función en la entrada del Jardín Botánico, Santa Fe 3951.
Ninguna de las actividades se suspende por lluvia.
Información completa y horarios en www.buenosaires.gov.ar
Las “Noches de Verano” que programó Ciudad Cultural Konex empiezan los martes con la quinta edición del ciclo “Cine con Estrellas”, versión renovada de los antiguos cines mediterráneos. Sillones, puffs y reposeras son las butacas de esta sala sin techo en la que se proyectan películas que no tuvieron difusión masiva en nuestro país. Antes de que empiece la función, los espectadores pueden entretenerse con cortos, videos, exposición de carteles de cine, música, bebidas y algún que otro aperitivo. En las cuatro funciones que restan se podrá ver Do you Remember Dolly Bell?, de Emir Kusturica (el 5); Chung King Express, de Wong Kar Wai (el 12); Fallen Angels, de Wang Kar Wai (el 19) y Vacas, de Julio Medem para despedir las veladas, el 26.
Cada miércoles se presentan distintas bandas de jazz, folklore, pop y rock para musicalizar las noche del Abasto, llueva o no, en horario apto todo público. Los Natas, Edgardo Cardozo, Juan Quintero, Martín Buscaglia y sus Bochamakers y Gabo serán los responsables de agitar las escaleras del predio elegidas como escenario para esta ocasión, como ya lo viene haciendo cada lunes desde hace meses La Bomba del Tiempo y su fiesta rave de la percusión. Cada presentación tiene un condimento extra: instalaciones sonartísticas, que acompañan a los músicos y entretienen al auditorio.
Por último, el jueves pasado inauguró “Made In”, ciclo donde artistas de diferentes disciplinas transforman y reinventan el espacio para cada encuentro. El jueves que viene, Emilio García Webhi se pondrá al hombro una experiencia teatral que bordea los límites del género, con cruces de artes visuales, música, poesía y teatro.
Todas las actividades son a las 20.30, en el Patio de C. C. Konex, Sarmiento 3131. Entradas: desde $ 8.
Como un flechazo en el corazón de Caballito, justo en el centro del centro de la ciudad se encuentra La Posta de Achával, una pizzería de neto corte tradicional, pero que aún no ha trascendido las fronteras vecinales. La Posta... –hasta el nombre sugiere esta idea– se ha mantenido hasta ahora como uno de los tesoros más preciados del barrio y también como una suerte de entre nos del que participan los paladares más exigentes.
Se ubica en la esquina de Directorio y Achával. Allí, el decorado es sencillo: mesas de fórmica marrón y plantas colgantes. La imagen se completa con los mozos que deambulan vistiendo la reglamentaria casaca celeste y algunos parroquianos acodados en la barra, pispeando la mayor parte de las veces un partido de fútbol. La carta es grande, negra, con fina letra cursiva y dorada en la tapa, y luego un estilo sobrio en el interior. Las pizzas son a la piedra y cocinadas en horno de leña. Masa fina, crocante y condimentos justos. Entre las clásicas destacan la de espinacas (con chispas de provolone y salsa blanca), que es altamente recomendable, y la de jamón y morrones, que es una delicia. Y atención: en este lugar se conserva la tradición de la pizza de cancha, que elaboran con salsa de tomate, cebolla de verdeo y morrones.
Las especialidades de La Posta de Achával son la Gran Rellena, que trae mozzarella, jamón, morrón, tomate, longaniza y ajo, y la ya célebre Gran Posta, que viene con jamón, mozzarella, tomate natural, anchoas y huevo duro. Para acompañar la comida hay cervezas de litro o conocidos aperitivos nacionales. Los postres son los habituales de pizzería, pero con una noble elaboración y en porciones bien abundantes: flan casero, budín de pan, tarantela casera y otros.
No hace falta ir a la calle Corrientes para degustar una de las mejores pizzas de Capital. La posta es accesible, en una zona donde no sobran las pizzerías de estilo. Tal vez por eso suela convertirse fácilmente en una costumbre adictiva para los que están cerca y no tanto.
La Posta de Achával queda en Directorio 1497. Tel.: 4432-0170.
Tío Felipe se encuentra a metros del epicentro turístico de bares de San Telmo y, sin embargo, este dato no es para nada relevante. Es que esta pizzería parece no haber sido tomada aún por la fiebre bilingüe y fileteadora que posee a los dueños de bares de San Telmo (y otros barrios también); entonces, entrar al lugar es verdaderamente como volver el tiempo atrás, digamos diez, veinte y treinta años. El Tío Felipe –si es que existe o existió– debe haber descubierto que en la conservación está el gusto, o la clase, así que el aspecto de su bar sigue tal cual. Como si nada hubiera sucedido. Decorando el salón hay una botella gigante de Fernet, alguna planta y decenas de posters de cantantes del pasado.
Hay mesas adentro y en la vereda. y en cualquiera de los dos lugares se es atendido rápidamente por el mozo, que es el mismo desde hace años, pero se desdobla para atender con cierta simpatía todos los pedidos. Se puede elegir entre la pizza a la piedra y medio molde, y los gustos son los clásicos, aunque con algunas especialidades. La fugazzeta rellena es una delicia que la recomendación de los habitués siempre destaca y la de provolone también es muy rica. Después está la llamada “Tío Felipe”, que según nuestro mozo es “todo en uno”. Trae: jamón, morrones, tomate, anchoas y longaniza. La fainá es deliciosa, y para acompañar hay licores o cervezas de litro.
Como parte del pintoresquismo reinante el ornamento de las paredes, compuesto por profusas láminas con fotos de cantantes –algunas dedicadas–, tampoco parece haber sido renovado en años. Trajes de terciopelo y camisas de cuello ancho, peinados batidos en los que coincide la gomina del tango con las patillas del rock. Algunos de los afiches conservan los nombres de estos vocalistas y, según se comenta, los viernes a la noche se reúnen todos –cantantes de ayer y de hoy– allí. Y vale la pena ir, aunque este último dato sea sólo parte de la leyenda.
Tío Felipe queda en Balcarce 739 esq. San Lorenzo. Tel.: 4307-8991.
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