SALí
› Por Virginia Ostinelli
Sattva, bar natural y pizzería integral
A tan sólo media cuadra del cine Premier, a dos del Lorca y a cinco del Cosmos se encuentra el local más relajado de Sattva, un restaurante vegetariano que se especializa en jugos naturales y pizzas integrales. Los cines que desfilan a todo lo largo de la Av. Corrientes son ideales para ir a cualquier hora, mirar una película y terminar comiendo en Sattva unas empanadas a $ 7 cada una: las más recomendadas son la de calabaza y queso azul o la rellena de tofu, arroz y verduras asadas. Germán, dueño, cuenta que tiene otro restaurante con el mismo nombre a una cuadra, y que decidió abrir esta versión bar para ofrecer a sus clientes un lugar donde comer algo rápido y sano, de parado en la barra o sentados en alguna de las pocas mesas bien dispuestas. Y ante la pregunta de si, en el país de las vacas, existe un público fiel para este tipo de propuesta, la que responde es Valeria Tomattis, encargada del local y vegetariana ella misma desde hace años: “Es increíble la cantidad de gente que hoy en día opta por lo diferente. Lo comprobás por la alegría que expresan al conocer un lugar donde no sólo servimos comida sin carne sino además rica, nutritiva y equilibrada”.
El local es chiquito pero confortable, y en la cocina a la vista se lo ve a Héctor, el jefe de cocina, amasar pizzas, introducirlas en el horno de barro y sacarlas de allí con una pinta irresistible. Por su parte, una minibarra exhibe la pastelería del local: las especialidades son muffins, galletitas de avena y cupcakes. También la música dice presente. Por los parlantes suenan Morrissey, The Smiths, Belle & Sebastian, como para dejar en claro que los vegetarianos tienen mucha onda.
La carta es completísima, los precios accesibles y los platos muy tentadores. Las dos estrellas gastronómicas son la pizza integral Sattva, preparada con hongos, cherries, verduras asadas, aceitunas y muzzarella. Y la pizza de tofu con algas nori, semillas de sésamo, salsa de tomates y aceitunas. Ambas salen $ 48 la chica y $ 68 la grande.
Más allá de la pizza, los clientes buscan también los sándwiches con relleno a elección. El básico incluye verduras y sale $ 26, y cada agregado (quesos especiales, tomates secos y palta, entre otros) suma $ 10 más.
Sattva es un éxito ya consolidado. Rica y sana comida, lindo ambiente y un servicio eficaz, con mozos que explican cómo se prepara cada uno de los platos. Así, los cinéfilos que, por salud, gusto o espiritualidad, deciden no comer sal, carne ni gluten, encuentran aquí la respuesta a sus necesidades.
Sattva Bar Natural y Pizzería Integral queda en Montevideo 372. Teléfono: 4372-2444. Horario de atención: lunes de 8 a 19.30, martes a viernes de 8 a 1, sábados y domingos de 19.30 al cierre.
Macedonio Café del Lector, a pasitos de la Biblioteca Nacional
En pleno Barrio Norte, sobre la calle Agüero y dentro del área de influencia de la Biblioteca Nacional se encuentra Macedonio Café del Lector. Su nombre, claro, alude al genial escritor argentino Macedonio Fernández. El local está al lado de la Plaza del Lector, en la que cada dos o tres meses se exponen fotografías de diferentes artistas contemporáneos. Actualmente desfilan por sus paredes fotos de Spinetta, pertenecientes a la muestra “Los libros de la buena memoria”.
Macedonio está ubicado estratégicamente en el medio de dos grandes complejos de cine: Village Recoleta y Espacio Incaa Km 3 Palais de Glace. Dos lugares que tienen en común la gran cantidad de gente que los visita día tras día, pero que a su vez se diferencian por una oferta cinéfila diametralmente opuesta. De un lado, surge la cartelera de películas taquilleras, comerciales y 3D, con los grandes tanques de Hollywood a la cabeza; del otro, en exclusiva películas nacionales, muchas veces fuera del circuito oficial. Pero Macedonio no discrimina, y ofrece para unos y para otros un refugio intermedio donde disfrutar uno de los mejores cafés de Buenos Aires, con opción de merienda acompañada de alfajores de maicena, medialunas y tortas. La carta es corta pero completa, e incluye un menú de mediodía que varía diariamente a $ 50 o $ 60 (plato principal, bebida y café). Más allá del menú, para el almuerzo veraniego es muy recomendable la ensalada de pollo a $ 35 o la brusqueta de tomate confitado, olivas negras y albahaca a $ 30.
El salón principal es amplio y coqueto. En la barra de hierro y madera se puede apreciar la pastelería ofrecida. Cheesecake, lemon pie y chocotorta son algunas de las opciones infaltables. Las mesas están bien distribuidas por todo el espacio rodeado por grandes ventanas en lugar de paredes, asegurando la luz natural. Por último, en un rincón hay un living un poco más íntimo que invita a la lectura prenunciada en el nombre del lugar. De hecho, es común ver a personas leyendo el diario o libros, charlando de cine o literatura y tomando café, conformando así un ambiente que tiene su lograda cuota de intelectual y bohemio, sin exagerar posturas ni artificios.
Pero tal vez el atractivo principal de Macedonio venga de su ambiente, tanto dentro como fuera. El restaurante respeta el estilo arquitectónico de la biblioteca: es redondo con tonalidades verdes, marrones y negras, que se mezclan con el violeta de los jacarandás, totalmente florecidos en esta época del año. Y en el exterior ofrece mesas perfectas para el clima primaveral, con vista a la plaza para un lado, y a la biblioteca para el otro. La propuesta cierra por todos lados. Sólo falta elegir qué película ver.
Macedonio Café del Lector queda en Agüero 2502. Teléfono: 4804-804. Horario de atención: lunes a domingos de 8 a 21.
Jacarandá, una opción contundente
Se sabe que Caballito no es un polo gastronómico de Buenos Aires. Sin embargo allí se encuentran varios restaurantes que merecen ser visitados. Uno de ellos es Jacarandá, una grata sorpresa barrial.
Jacarandá se ubica sobre Centenera, una avenida repleta de árboles y poco transitada, en una casa de 1920 a la que se le hicieron varias restauraciones, conservando el estilo arquitectónico original. “Junto a mi mujer estuvimos viviendo un tiempo afuera. Cuando regresamos iniciamos la búsqueda del local, y no bien vimos la casa, supimos que sería nuestro futuro restaurante”, cuenta Alejo Cripiani, uno de los dueños.
Las grandes arañas que decoran los altos techos y los pisos de madera junto a los imponentes ventanales generan un ambiente cálido, amplio y luminoso. Las mayólicas son originales y un enorme cuadro inspirado en Klimt termina de armar un estilo armónico y colorido.
Cerca de Jacarandá se ubican los dos grandes complejos de cine de Caballito: a cinco cuadras está el Village Caballito y a diez el Cinemark. Vale la pena recorrer esa distancia para terminar la noche en este restaurante que ofrece una carta poderosa, de sabores bien porteños. El encargado de lograr esto es Alejandro Vega, el chef que diariamente se ocupa de que todos los platos salgan ricos y bien decorados.
La carta ofrece cinco o seis opciones de pollo, cerdo, carne vacuna y pescado, además de pastas ciento por ciento caseras. Todo es apetitoso y la elección no es fácil. Se puede empezar con las papas Jacarandá: papas fritas revueltas con crema, jamón, puerros y queso, para dos personas a $ 48. Luego seguir con bondiola de cerdo a la cerveza y miel, acompañada de bolitas de batatas rellenas con mozzarella a $ 77. Y finalizar la velada con un obvio volcán de chocolate con helado de crema americana y frutos rojos a $ 52. Platos contundentes, de esos que gustan a todos los porteños. La carta de vinos acompaña con opciones de Mendoza, San Juan y Salta. Y ofrecen la opción de descorche ($ 35) que permite al cliente llevar su vino preferido.
Con una capacidad para sesenta personas, el salón es muy cómodo, con espacio entre mesa y mesa, permitiendo la charla relajada. El público que concurre es muy heterogéneo, aunque por motivos desconocidos para los dueños, los clientes son más mujeres que varones. “Hubo noches en las que el salón estaba completo y sólo había sentados tres hombres”, cuenta Alejo.
El cine da hambre. Tras dos horas sentados frente a la pantalla, se hace imprescindible un lugar donde calmar el apetito y discutir de la película. Y ese lugar es Jacarandá.
Jacarandá queda en Av. del Barco Centenera 383. Teléfono: 4432-4994. Horario de atención: martes a sábados, de 20 al cierre. Domingos mediodía y noche.
Fotos: Pablo Mehanna
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