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› Por Silvina Beccar Varela
Negu, sorpresa en Zona Norte
Zona Norte no cuenta con muchas propuestas de sushi a buen precio. A la breve lista de posibilidades se sumó ahora Negu, donde Santiago Esteves ofrece el ya conocido mix de sushi y comida peruana en una ex casa que cuenta con tres salones para un total de 26 comensales, con mesas de madera clásicas, manteles de cuerina, lámparas y decoración marina realizada por el propio cocinero.
Esteves, con doce años en el ruedo, propone volver a la tabla personalizada, con el sushiman que se acerca a la mesa y pregunta a los comensales sobre rolls y gustos favoritos. Sobre todo, Esteves reivindica el pescado blanco: va todas las mañanas a comprar al Barrio Chino, donde busca pez limón o besugo para el sashimi, entre otros. La consigna es no menos de cinco pescados blancos por noche más tres fuera de carta. Entre los imperdibles cuenta con anguila ahumada, caballa, lenguado, bonito, besugo, langostino, pulpo y, claro, también salmón rosado.
La carta ofrece rolls como el Osaka (langostino, palta y salmón rosado, 5 o 10 piezas por $43/$82); el Aperuchado (langostinos furai en quínoa, palta y verdeo, cubierto de pescado blanco acevichado por $43/$82) o Senday, de anguila ahumada con palta y Philadelphia, que se suman a los ya tradicionales New York, California o Philadelphia.
Muchas personas prefieren no innovar con los rolls calientes. Sin embargo, al menos en este caso vale la pena arriesgarse y elegir el Hot Brie, con salmón ahumado y queso Brie; o el Thai, con langostinos, pescado blanco y palta, coronado con mango y leche de coco. Los combinados de 30 piezas van de $190 a $265.
Se ofrecen ceviches, gyozas, ostras con limón y besugo entero a la plancha en caldo, pero el sushi se lleva el 90 por ciento de los pedidos con un delivery muy desarrollado. El coqueto pack de 30 piezas de entrega a domicilio cuesta $170. Al mediodía, un menú muy amable permite comer empanaditas chinas, arroz salteado con pollo y verduras, bebida y café por $50, si bien también hay una opción con piezas de sushi a $60.
La Zona Norte crece en propuestas gastronómicas. Y Negu es una de sus últimas buenas noticias.
Negu queda en Av. del Libertador 2741, Punta Chica, San Fernando. Teléfono: 4745-6239. Horario de atención: lunes a viernes al mediodía; martes a domingos por la noche.
Matsuoka Sushi, un arte visual y sabroso
Matsuoka sería un secreto que susurra un japonés a otro si no existiera Internet. Vale la pena encontrar este restaurante perdido en el Abasto para descubrir el sushi de Juan Matsuoka en estilo kaiseki, que relaciona lo gastronómico con los colores de la naturaleza, la forma de las plantas y las estaciones del año, en una apuesta visual.
Hijo de japoneses, Matsuoka viajó a Japón y volvió para trabajar con uno de los primeros sushimen reconocidos, el Sr. Nemoto de Katsuda, de la barra de sushi del Hotel Panamericano, mucho antes de que este plato se conociera popularmente. Más tarde volvió a Japón y regresó como sushiman de Kitayama, para luego crear Irifune. Y, hace casi un año, abrió su propio restaurante. El lugar es pequeño y minimalista, con decoración compuesta por herencias familiares y dos salones para 28 comensales con barra de sushi a la vista. Allí es donde Matsuoka exhibe su destreza junto con Analía, su esposa, que atiende el salón.
La carta se divide en entradas frías y calientes, platos principales y sashimis, niguiris, uramakis, temakis, geishas... El Take de 32 piezas cuesta $210 y trae sashimi de pescado blanco y salmón, niguiri de pescado blanco, salmón y langostinos, Philadelphia roll, shake tartare, furai roll con spicy guacamole y geishas.
Algunos rolls como para mencionar: el uramaki –de arroz por fuera cubierto de sésamo– puede traer langostinos rebozados en panko y queso Philadelphia, rodeado de kiwi y mango salseado con reducción de maracuyá; también hay rolls de atún y palta o el cubierto de caviar de Masago, entre muchos otros. Para el final, la responsabilidad descansa en Analía, quien prepara mousse de mango y maracuyá ($40) o helado frito en masa de tempura, entre otros postres.
La carta de vinos ofrece una selección de bodegas boutique; están también los que comen con té verde, sake en vasito chico (se lo llama ochoko) o toman Umeshu con los postres, un delicioso licor a base de ciruelas de la variedad umeboshi. Para quienes quieran conocer el lugar sin gastar mucho, una buena opción es el menú fijo de mediodía, que por $80 ofrece distintas opciones, con o sin sushi.
En un mundo cada vez más acelerado, el estilo kaiseki contagia con su belleza contemplativa. Razón más que suficiente para ir a Matsuoka.
Matsuoka Sushi queda en Sánchez de Bustamante 1027. Teléfono: 4861-4913. Horario de atención: martes a viernes, mediodía y noche; sábados y domingos de 20 a 24.
Tataki, para todos los paladares
Pasó el furor de la moda, pero el gusto por el sushi permanece. Como prueba, allí está Tataki, un restaurante familiar que abrió en diciembre de 2006 ofreciendo cocina peruana, chifa y sushi, más algunos platos de comida porteña. Un todoterreno ubicado en un local finito y largo, con la estética típica de los boliches peruanos de antaño.
A cargo de la cocina está Gigio Cremaschi, primo del dueño Paulo César Calderón, entre otros parentescos que se replican en el salón y en la cocina. Gigio estudió en el Cordon Bleu de Lima y vino a Buenos Aires para cocinar hace cinco años. En el medio vivió en Japón, donde conoció los vericuetos del arroz y las algas, que se sumaron a sus conocimientos sobre ceviches y los platos típicos de Perú.
Al mediodía, Tataki juega fuerte con combos económicos que van de $55 a $75 con agua o gaseosa y café, mientras que para los pequeños ofrece un menú infantil de milanesas con fritas o fideos; no se cobra cubierto.
En los barcos de sushi despuntan makis, niguiris, rolls clásicos y especiales como los calientes con masa de panqueque o los agridulces (el Buenos Aires trae langostino, queso Philadelphia y palta, cubierto con salmón y salsa agridulce). Una tabla de 20 piezas “clásica” cuesta $125 e incluye tres sashimis de salmón y tres de pescado blanco, dos Sake yaki, seis niguiris surtidos, dos California, dos New York y dos Philadelphia.
La tabla Tataki de 50 piezas viene decorada en forma tradicional con pickles de jengibre, pepino y verdes: trae cinco sashimis de salmón y cinco de pescado blanco, diez niguiris surtidos, cinco California, diez makis surtidos, cinco New York, cinco Sake yaki y cinco Philadelphia, todo por $305.
La comida criolla asoma en la carta bajo el rubro “Sabores del Perú”, con variedad de ceviches (el picante viene aparte), tiraditos, entradas como las conocidas papas a la huancaína o la causa limeña, y principales como el arroz con mariscos, ají de gallina ($85), seco de cordero ($90), chupe de camarones, jalea mixta, lomo saltado y pescado a lo macho, entre otros. Los precios parecen altos, pero los platos son muy abundantes. Es decir, vale la pena ir en grupo y compartir.
Un tip a tener en cuenta: los que se asocien a la comunidad Tataki por Facebook o e-mail ([email protected]) podrán acceder a descuentos de hasta un 30 por ciento.
Tataki queda en Av. del Libertador 873, Vicente López. Teléfono: 4718–3039. Horario de atención: lunes a sábados de 12 a 16 y de 19 a 24.
Fotos: Pablo Mehanna
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