SALí
› Por Sebastián Laffaye
Luego de 14 años de trabajar en proyectos ajenos, el chef Emiliano Di Nisi abrió finalmente su propuesta personal: Per Se, un restaurante que apunta a una gastronomía de vanguardia con fuerte acento en la materia prima. La fachada sobria de piedra París, una ventana a media altura que permite atisbar apenas el interior, el pequeño cartel que indica el nombre del lugar y la puerta de color óxido anticipan un ámbito en el que nada fue dejado al azar.
La barra y la cava de vinos vidriada imponen presencia en un ambiente donde abunda la madera, logrando elegancia e intimidad. Detrás, surge la cocina a la vista con una barra de granito negro y un impecable equipamiento en acero inoxidable de última generación. En medio de todo este metal plateado resalta la parrilla a leña, bienvenido gesto de identidad nacional.
En la barra se pueden pedir cocteles clásicos ($ 70, pero mejor aún ir por alguna de las creaciones de Gonzalo Cabado (entre $ 70 y $ 80), como el Smoked Bloody Mary o el Eucaliptus Negroni, con un ahumado final muy perfumado. Muy buena cristalería y mejor servicio de barra, con cantineros que conocen muy bien su oficio.
La carta de cocina es corta, con seis primeros platos, seis principales y seis postres: pedir un plato sale $ 170, dos $ 260 y tres $ 360. Entre las entradas, perfecto el pulpo con inconfundible aroma a leña, y muy ricos los langostinos de Madryn. Entre los principales, destaca la carrillera cocinada por 18 horas a 68ºC, una cocción prolongada que logra que se funda en la boca. Los postres son delicados y suman toques personales, como el budín de pan con pimienta de Sechuán. La cava de vinos cuenta con la impresionante cifra de 800 etiquetas seleccionadas por el sommelier Marcos Mendieta, incluyendo bodegas grandes y conocidas, pero también proyectos pequeños y sorprendentes.
Buena materia prima, una cocina con firma de su autor y una atención amable sin exagerar en un ambiente cálido. Todo invita a prolongar la sobremesa. Per Se bien vale una visita.
Per Se queda en Honduras 5715. Teléfono: 4773-7524. Horario de atención: lunes a sábados de 20 al cierre.
La cantidad de oficinas y comercios que abrieron en los últimos años en Palermo contribuyó a modificar la cara gastronómica del barrio, que hasta hace no tanto brillaba especialmente de noche. Así, comenzó a replicarse el formato de restaurante diurno, que abre desde la mañana y que cierra justo antes de la cena. Lugares que se definen por su versatilidad, donde se puede comer algo ligero a media tarde, desayunar unos huevos revueltos con panceta, o tomar un té con porción de torta. El nuevo Adorado Bar es un buen exponente de esta modalidad, que intenta demostrar que simple y rápido no tiene por qué ser malo. El ambiente evita los artificios, con mesas de madera y sillas de chapa pintada, luminarias de aire industrial con lámparas que alumbran pero no encandilan y unos estantes donde se exhiben panes y granola caseros. Sencillo y confortable.
En Adorado se puede desayunar una granola casera con yogurt y frutas ($ 58, incluye café con leche y jugo de naranja) o almorzar la que sorprendentemente resultó ser una de las mejores hamburguesas de la ciudad ($ 70), rellena con castañas tostadas, cebolla caramelizada y queso gratinado (¡nada del repetido y siempre falso Cheddar!). Muy recomendables también las papas rosti rellenas con salmón ($ 70), acompañadas de una pequeña ensalada verde que va más allá de la mera decoración y se presenta condimentada con una buena vinagreta. La carta ofrece más ensaladas, hamburguesa vegetariana y sándwiches de pollo o milanesa. Los postres son clásicamente porteños y golosos. Para la hora del té, brilla la pastelería casera, que también se puede pedir para llevar. Para beber, infaltable la limonada de moda y también la pomelada ($ 25/$ 45), los licuados de fruta y el vino Animal de Ernesto Catena Vineyards.
Al mediodía hay un menú por $ 65 que incluye entrada (sopa o bruscheta según el clima), principal, postre y limonada, un precio prácticamente imbatible para el barrio. Así, a menos de dos meses de su inauguración, y con una propuesta bien armada, Adorado Bar comienza a diferenciarse de su numerosa competencia.
Adorado Bar queda en Nicaragua 5856. Teléfono: 4775-6625. Horario de atención: martes a domingos de 9 a 20.
Una carpintería que se transforma en bar. Hierros y persianas viejas que devienen en una barra con mucha onda. Y un enorme patio techado y calefaccionado, donde es posible fumar un cigarrillo tomando un trago a resguardo del viento del otoño. Todo eso es Festival, la nueva propuesta de los mismos dueños de Soria, el popular bar ubicado a pocas cuadras sobre la misma calle Gorriti.
Afuera, el bicicletero anticipa un ambiente relajado; adentro, el ambiente industrial recibe con buena música –funk, disco, british– a un volumen adecuado para la charla y el encuentro. El espacio es amplio y largo, con dos salones y dos barras. En el segundo piso, una galería de arte cambia de exposición cada tres semanas. Y a menos de un mes de su apertura, en las trasnoches de los fines de semana, ya es difícil encontrar una mesa libre.
Como buen bar, Festival se define por su carta de tragos: allí se lista una muy buena variedad de caipis, juleps, collins y un largo etcétera, que va de clásicos como el Old Fashioned y Manhattan a tragos propios como el Festivalito y otros. Los precios son amables: rondan los $ 50, siendo mucho más económico que el promedio barrial. Vale la pena destacar también los casi cincuenta whiskies y maltas disponibles.
La comida, bien ejecutada, es la que cabe esperar en un bar. Muy ricos langostinos apanados con salsa de mango, ideales para comer con los dedos ($ 85). Más contundente, la Burga Hipster ($ 65) es una hamburguesa casera muy gruesa, que viene con “todo”. No podía faltar una opción vegetariana, el Sueño Verde ($ 60) y también hay algunos platos de cocina como los calamares al ajillo con arroz al horno ($ 75). Para los que llegan tarde, luego del cierre de la cocina siguen saliendo algunos de los platos seleccionados con el espíritu de un kiosco que, hasta las 3 de la mañana, ayudan a consolar estómagos hambrientos.
Bar con aires festivos, con djs invitados cada noche de la semana, Festival se posiciona como una de las buenas propuestas de Palermo en materia de cocteles, música y comida.
Festival queda en Gorriti 5741. Teléfono: 4775-6733. Horario de atención: martes y miércoles de 20 a 2; jueves de 20 a 3; viernes y sábado de 21 a 5.
Fotos: Pablo Mehanna
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