Síntesis de un credo y una época, las santitas santificadas permanecen incólumes en pose eternizada, abonando —ciertas veces— el camino de la leyenda, la vida humilde y el trabajo cotidiano sin ruidos de crónicas ni ecos mundanos. Empero, conforme con su trayectoria, dos irreverentes artistas rosarinos se han dispuesto a detonar la mitología o, al menos, resignificarla y, en el ínterin, seguir nutriendo su peculiar mundo, el de Emiliano “Pool” Paolini y Marianela Perelli —aka, Pool & Marianela—. “Se rebelan para revelar”, anuncia su bio en tercera persona, tras detallar que la dupla emplea “el humor para subrayar su desconexión con un universo histórico, político, religioso, que resalta ficticio y en el que ven atrapados a sus mayores”. Entonces, con el acta de intenciones a flor de piel, llega nueva muestra, The plastic religion, donde la dupla sentará base en Popa Galería, en La Boca, y desde el próximo 11 de octubre inaugurará nuevos figurines: más de treinta Barbies y Kens vueltos santos y virgencitas, amén de la sacra intervención del arte.

Barbie Juana de Arco, Barbie Desatanudos, Virgen de Lujan, Difunta Correa, Virgen de Itatí, New Virgen Barbie, Divina Providencia o Medalla Milagrosa son algunas de las estrellitas que acompañan al Ken San Cayetano, San Expedito, San Sebastián o Sagrado Corazón; todos juntos y revueltos en una exposición que, de tan plástica, le escapa a cualquier dejo sagrado, fusionando iconos pop con figuras glorificadas y, de paso cañazo, revisando el consumismo. Mattel, un poroto dormilón. Ya habrá algún gerente de marketing reclamando: “¿Cómo no se me ocurrió antes?”. Oh, y habrá lado b: los retratos intervenidos del Bad Boy Sideshow, segunda muestra del dúo dinámico, menos religioso pero igualmente lúdico. A prender velas.