Aunque falte más de un año para su estreno, el film Suicide Squad (en criollo, “Escuadrón Suicida”) sí que sabe cómo levantar polvareda. Y no precisamente por su argumento (aunque la historia de un grupo de megavillanos de DC Comics ejecutando misiones suicidas para el gobierno a cambio reducir sus condenas tiene suficiente chispa para empezar un pequeño incendio). Ocurre que, solo en los últimos días, dos curiosos trascendidos (confirmados por miembros del elenco, dicho sea de paso) han puesto a la venidera película en el candelero. ¿El primero? Que el premiado actor Jared Leto, que interpreta al Guasón, se ha tomado el rol tan pero tan en serio que no ha tuvo mejor idea que enviar peculiares obsequios a varios de sus compañeros. A Margot Robbie (en el papel de Harley Quinn, su maléfica noviecita), una carta de amor, acompañada por una cajita negra con una rata viva. A Will Smith (Deadshot), una caja con balas. Y al resto, un video cariñoso y, claro, un cerdo muerto.

Voilà entonces la segunda novedad. Acaso inquietado por dichos acontecimientos, el realizador David Ayer, a cargo de la cinta, decidió contratar un terapeuta para que acompañe a los actores en el (temible, francamente) proceso de encarnadura. Así lo explicó Adam Beach (Slipknot) en una interviú con canal E!, al develar que “el ‘coach de vida’ está en el set para evitar que se nos desacomoden los jugadores y nos volvamos verdaderos villanos”. Claro que, en ese sentido, el director Ayer no es precisamente inocente. Tan concentrado está en la intensidad y crudeza del proyecto que, como Beach destacó, “quiere que nos atormentemos a nosotros mismos, quiere verdad. Todo se basa en el realismo”. Mientras no salgan a cometer fechorías...