Como lo hiciera Jorge Luis Borges en El Otro, aquel cuento que lo reencontraba con su joven yo, un ilustrador y artista digital colombiano imaginó el cruce de celebridades de distintos ámbitos de la cultura consigo mismos, donde la versión de los años mozos posa con aquella entrada en años, de madurez evidente. En Yo y yo mismo, tal es el nombre de su serie de retratos, Fulvio Obregón (alias Fulaleo) pone en perspectiva dos realidades: que el tiempo pasa para todos; y que con el discurrir del tiempo, algunos cambios acontecen mientras ciertas características se mantienen incólumes. Mick Jagger, sin más, conserva la frescura adolescente (y hasta el mismo corte de pelo); a diferencia del asediado Michael Jackson adulto que apoya sus manos sobre el sonriente niño sensación de Jackson 5. Por lo demás, Robert De Niro custodia el eterno gesto presumido, Steve Jobs ha perdido los jeans rotosos y Paul McCartney se anima a la remera que tributa la vida de su compañero Lennon. “Mis obras a menudo muestran elementos extravagantes y sarcásticos”, advierte el artista, que se hiciera reconocido por caricaturizar a jugadores del Barcelona sobrados en kilos. Y que, en esta oportunidad, provee una rápida línea del tiempo visual que obliga al juego de similitudes y diferencias de magnates de la tecnología, actores, músicos, etcétera, con guiños tragicómicos o directamente cómicos, según el caso.