Domingo, 27 de marzo de 2016 | Hoy
VALE DECIR
¡Oh, palomas mensajeras!, de morfotipo atlético y envidiable sentido de la orientación, ¿dónde están tus columbogramas? De Noé a la fecha, mucho ha menguado el uso de los servicios del susodicho pajarillo, empero, a no inquietaros: una empresa europea ha encontrado una nueva labor para tamaño ejército de reserva. La pasada semana la firma de monitoreo aérea Plume Labs lanzó a los vientos una bandada de palomas equipadas con sensores de calidad del aire y GPS, amén de registrar cuán contaminado es el oxígeno que respiran los londinenses en distintas zonas de la urbe. La “Pigeon Air Patrol” es el nombre de bautizo que dieron a los simpáticos animalitos, listos para dar pelea a la polución en misiones que duran tres días. O al menos, aportar la data necesaria sobre los niveles de compuestos volátiles y dióxido de nitrógeno, para que los humanos hagan luego su parte.
Por supuesto, cada uno de los seis integrantes de la tropa recibió su correspondiente nom de guerre, conforme las peculiaridades de carácter. Entre ellos, Coco “la rebelde”, Julius “el hipster”, Norbert “el intelectual”. Todos “conectados a Twitter”, comunicando, por caso, que el barrio Battersea, en el municipio Wandsworth, obtuvo mediciones peligrosamente altas. El tema, después de todo, es cosa seria: un estudio de 2015 reveló que el impacto de la polución en la capital británica conlleva casi 10 mil muertes prematuras al año. “Siempre escuchamos hablar de los problemas del aire en Beijing, cuando la realidad es que el aire de Londres es más tóxico”, esgrimió Pierre Duquesnoy, uno de los responsables del diseño de los pichones. Y luego: “Estamos haciendo visible lo que se ha invisibilizado”. Noble tarea que, como bonus track, ofrece laburo a los tan desprestigiados seres alados. “Héroes locales”, según proclaman sus primeros fans.
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