Domingo, 15 de febrero de 2004 | Hoy
VALE DECIR
Mona-mour
La noticia es de lo más intrascendente que haya salido de agencias de
prensa europeas en los últimos tiempos, pero la primate es sencillamente
encantadora. Werner Boehm, estrella del pop-folk alemán que se conoció
con ella mientras grababa un videoclip, viene a ser algo así como su
pretendiente. “Fue amor a primera vista. La mona es extremadamente musical
(sic) y puede incluso tocar el piano. Estamos en la misma longitud de onda”:
todo eso dijo Boehm, visiblemente enamorado de su nueva compañera. La
que introdujo el elemento de discordia en este romance tuvo que ser, inevitablemente,
la esposa, Susanne, de 31 años, a quien no le cayó nada simpático
que su marido llevara a su coequipier a casa, permitiéndole compartir
la cama y destrozar los muebles (un comportamiento típico de rock star,
pero sólo en los hoteles). “Le di a elegir: o la mona o yo”,
dice Susanne. “Y eligió a la mona. Es increíblemente doloroso
saber que un chimpancé es más importante para él que yo.”
Boehm, que ya no es ningún niño (tiene 62), dice que está
dispuesto a dejar volver a su esposa, a condición de que acepte a su
amiga: “Es bienvenida si quiere quedarse. Pero tiene que aprender a convivir
con ella (con la mona)”.
En
tu nombre
Un comerciante chino acaba de tener una idea con la que piensa revolucionar
el mercado de los pañales descartables para bebés y ancianos.
Se trataría de pañales comunes y corrientes pero lo que los distinguiría
sería una marca inconfundible, imposible de olvidar; es por eso que el
tal Sr. Guo ya ha solicitado permiso a las instancias burocráticas correspondientes
(la Administración China para la Industria y el Comercio o algo por el
estilo) para ponerle de nombre “Bush” a su nuevo producto. Es que,
se explica Guo, “Bushi” significa –según se lo pronuncia
en su provincia natal de Henan– “no-mojado”. De acuerdo con
un empleado del departamento de registro estatal de marcas, es muy probable
que la inscripción sea rechazada porque “podría tener un
mal impacto social que el nombre de un líder fuera utilizado como marca.
Pero la resolución final al respecto recién se conocerá
en unos dieciséis meses, ya que el procedimiento para examinación
y aprobación es más bien complicado”. Recientemente, la
oficina a cargo de estos asuntos rechazó la solicitud de una compañía
de ropa para utilizar como marca la traducción china de “(Monica)
Lewinsky”. Con ese antecedente, el pedido de Guo no parece tener demasiadas
perspectivas.
El
vender y la nada
Nada. Nothing. Niente. Se trata de la iniciativa comercial más redituable
de todos los tiempos –y eso incluye la fiebre de la venta de parcelas
en la Luna a la cual se han sumado unos cuantos vivillos, así como la
antigua idea de cobrarle a la gente por respirar–: un tipo ofrece en el
site de compraventa eBay todo el “nothing” del mundo, pero como
nadie da nada a cambio de nada, él –que no es nadie– da nada
a cambio de algo: de dinero. Y si nada era gratis en esta vida, bueno, eso se
terminó. El texto que acompaña a la foto de la “nada”
en oferta, dice: “Rematamos absolutamente nada, y si usted gana le enviaremos
absolutamente nada sin demora. Tengo nada en enormes cantidades y tengo más
aún en mi heladera. Mi jefe me provee constantemente de nada que llena
mi vida. Mi esposa me dice que yo le ofrezco nada todo el tiempo y me ha amenazado
con dejarme”. El producto ya tiene comprador: el ganador de la subasta
es inglés y ha ofrecido el equivalente a 12 dólares con 14 centavos
por el más que tentador vacío. Lo que no se indica es si la oferta
viene con garantía, no sea cosa de que pase algo justo cuando uno ya
no esperaba nada de la vida.
Me
gusta cuando callas
La BBC de Londres acaba de anunciar el concierto del siglo. Por suerte el siglo
es joven y habrá otras oportunidades para superar este evento tan poco
prometedor: se trata de la obra “seminal” de John Cage 4’33’’,
que consiste en cuatro minutos y treinta y tres segundos de... nada. Es decir,
una orquesta citada en las instalaciones de la Radio 3 de la British Broadcasting
Corporation se preparará, afinará sus instrumentos y se abocará
dedicadamente a la transmisión de 4 minutos de silencio. Para la ocasión
han sido dispuestos los mayores recaudos técnicos, tales como el apagado
del sistema de emergencia, que corta la transmisión cuando hay un vacío
sonoro inesperado al aire. La pieza fue “compuesta” por Cage en
1953 como “silencio ambiente” y se la presentará como parte
del encuentro “Fin de Semana de los Compositores”. Sólo cabe
esperar que la orquesta haya ensayado lo suficiente.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.