Britney
no está nada bien
¡La princesa es yeta! A Britney Spears no le funciona la Kabbalah que le
recomendó Madonna, parece. La pobre acaba de romperse la rodilla mientras
grababa el video del tema “Outrageous”, fue operada y tiene que pasarse
tres meses con muletas, razón por la cual, temen especialmente sus productores,
engordará aún más (ya está bastante excedida de peso,
esto por supuesto en el Reino del Show Business: en la vida real está perfecta).
La rotura la llevó a suspender la gira mundial Oynx Hotel Tour, y perderá
por el faltazo 100 millones de dólares. Igual, no tenía ganas de
hacer esa gira: bastante se había escandalizado el público cuando
la descubrieron fumando un porro en el backstage.
Para colmo, su mamá la desatiende y la mete en problemas: ya no le presta
atención porque está demasiado ocupada preparando la carrera de
su hija menor, Jamie Lynn (la señora no tiene paz); cuando la acompaña,
provoca escándalos. Resulta que la semana pasada la deprimida Britney quiso
comprarse un terrier maltés blanco, y mamá Lynn la acompañó
a la veterinaria para elegir un cachorro. Pero cuando salían del local,
madre e hija fueron asaltadas por papparazzis, y doña Spears le pisó
el pie a uno con su 4x4. Vino la policía y todo se solucionó (doña
Spears no fue presa), pero las cámaras consiguieron imágenes de
Britney a los gritos y llorando. En el departamento amoroso no le va tan mal,
parece: después de su casamiento en Las Vegas con el tal Jason Alexander,
que duró 55 horas exactas, se enamoró de uno de sus bailarines,
otro tal Kevin Federsline. El joven dice que la quiere y la asistió amoroso
en el hospital después de la operación de rodilla. Kevin tiene un
hijo pequeño, y espera otro con su mujer –está recién
separado–, la actriz Shar Jackson, que en los tabloides trató a la
princesa del pop de puta y rompe hogares. Ella, nada. Se la ve entusiasmada y
dicen que se casa con Kevin, nomás. En el medio de todo esto, tuvo que
retocar el video de la canción “Everytime” (de David La Chapelle,
excelente): en la versión final que todos podemos ver, Britney muere después
de golpearse la cabeza no se sabe bien cómo. En la versión original
que la disquera no aceptó, moría porque se suicidaba en la bañera
y la acusaron del mal ejemplo, frívola, etc. Pero las malas rachas siempre
pasan cuando una es tan joven, tan rica y tan bella. Desde aquí le aconsejamos
que deje la Kabbalah, porque evidentemente no le da resultado. Y si no, que se
fije en Madonna, que se brotó y pide que la llamen Esther.
En
el nombre del pueblo
Sí, tal y como
se ve en las fotos que acompañan, existe un pueblo llamado Fucking. Queda
en Austria y sus habitantes no se hacen mucho problema que digamos por el nombre
con que se los identifica en los mapas, en las rutas y en los diarios, cuando
son noticia. Como ahora, que han decidido votar en contra de ser rebautizados.
Unos 150 residentes se reunieron en el consejo municipal para debatir una propuesta
de cambio de nombre cuando varios carteles ruteros fueron robados por –se
sospecha– turistas británicos en busca de souvenires ingeniosos.
Siegfried Hoeppl, vocero concejal, explicó que “todos saben lo
que significa en inglés, pero para nosotros Fucking es Fucking –y
seguirá siendo Fucking”. El nombre proviene de la familia de colonos
del Sr. Fuck, quienes se instalaron en la zona un siglo atrás. El “ing”
final significa “asentamiento”, pero sus habitantes no supieron
de la traducción anglosajona hasta que los soldados aliados llegaron
a la región en 1945.