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Domingo, 27 de junio de 2004

VALE DECIR

Vale decir

Britney no está nada bien
¡La princesa es yeta! A Britney Spears no le funciona la Kabbalah que le recomendó Madonna, parece. La pobre acaba de romperse la rodilla mientras grababa el video del tema “Outrageous”, fue operada y tiene que pasarse tres meses con muletas, razón por la cual, temen especialmente sus productores, engordará aún más (ya está bastante excedida de peso, esto por supuesto en el Reino del Show Business: en la vida real está perfecta). La rotura la llevó a suspender la gira mundial Oynx Hotel Tour, y perderá por el faltazo 100 millones de dólares. Igual, no tenía ganas de hacer esa gira: bastante se había escandalizado el público cuando la descubrieron fumando un porro en el backstage.
Para colmo, su mamá la desatiende y la mete en problemas: ya no le presta atención porque está demasiado ocupada preparando la carrera de su hija menor, Jamie Lynn (la señora no tiene paz); cuando la acompaña, provoca escándalos. Resulta que la semana pasada la deprimida Britney quiso comprarse un terrier maltés blanco, y mamá Lynn la acompañó a la veterinaria para elegir un cachorro. Pero cuando salían del local, madre e hija fueron asaltadas por papparazzis, y doña Spears le pisó el pie a uno con su 4x4. Vino la policía y todo se solucionó (doña Spears no fue presa), pero las cámaras consiguieron imágenes de Britney a los gritos y llorando. En el departamento amoroso no le va tan mal, parece: después de su casamiento en Las Vegas con el tal Jason Alexander, que duró 55 horas exactas, se enamoró de uno de sus bailarines, otro tal Kevin Federsline. El joven dice que la quiere y la asistió amoroso en el hospital después de la operación de rodilla. Kevin tiene un hijo pequeño, y espera otro con su mujer –está recién separado–, la actriz Shar Jackson, que en los tabloides trató a la princesa del pop de puta y rompe hogares. Ella, nada. Se la ve entusiasmada y dicen que se casa con Kevin, nomás. En el medio de todo esto, tuvo que retocar el video de la canción “Everytime” (de David La Chapelle, excelente): en la versión final que todos podemos ver, Britney muere después de golpearse la cabeza no se sabe bien cómo. En la versión original que la disquera no aceptó, moría porque se suicidaba en la bañera y la acusaron del mal ejemplo, frívola, etc. Pero las malas rachas siempre pasan cuando una es tan joven, tan rica y tan bella. Desde aquí le aconsejamos que deje la Kabbalah, porque evidentemente no le da resultado. Y si no, que se fije en Madonna, que se brotó y pide que la llamen Esther.

 

En el nombre del pueblo
Sí, tal y como se ve en las fotos que acompañan, existe un pueblo llamado Fucking. Queda en Austria y sus habitantes no se hacen mucho problema que digamos por el nombre con que se los identifica en los mapas, en las rutas y en los diarios, cuando son noticia. Como ahora, que han decidido votar en contra de ser rebautizados. Unos 150 residentes se reunieron en el consejo municipal para debatir una propuesta de cambio de nombre cuando varios carteles ruteros fueron robados por –se sospecha– turistas británicos en busca de souvenires ingeniosos. Siegfried Hoeppl, vocero concejal, explicó que “todos saben lo que significa en inglés, pero para nosotros Fucking es Fucking –y seguirá siendo Fucking”. El nombre proviene de la familia de colonos del Sr. Fuck, quienes se instalaron en la zona un siglo atrás. El “ing” final significa “asentamiento”, pero sus habitantes no supieron de la traducción anglosajona hasta que los soldados aliados llegaron a la región en 1945.

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