Treinta años no es nada para una ausencia interplanetaria: después de tres décadas de tristeza y soledad, Saturno, el señor de los anillos del Sistema Solar, recibe nuevamente visitas. Se trata esta vez de la formidable sonda robot doble Cassini-Huygens, una de las apuestas científicas más osadas de todos los tiempos, que después de siete largos años de viaje finalmente este miércoles llegará a su destino final. Pero eso no será todo: además de sacar ráfagas de espectaculares primeros planos al gigante gaseoso, la misión incluye un descenso a Titán, la superluna saturnina supuestamente repleta de charcos orgánicos y que, según aseguran muchos científicos, podría ser un buen lugar para la aparición de la vida.