Domingo, 3 de julio de 2005 | Hoy
VALE DECIR
... es la gran película de los ‘80 que Hollywood se perdió de hacer. Ahora ya es demasiado tarde, pero la vida en California da revancha y hoy un libro revela que, un tiempo atrás, dos ex socios de la cadena Planet Hollywood, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone, se cruzaron con acusaciones más bien pesadas. Supuestamente, el gobernador de California sospecha que Sly lideró en 1990 una campaña secreta para hacerle fama de simpatizante nazi, apenas después de que el austríaco tuviera un affair con la ex del italoamericano, Brigitte Nielsen. La idea no habría sido de Rocky sino de unos asesores de imagen a los que contrató cuando Terminator lo hizo quedar como un cornudo. El libro se llama Fantastic: the life of Arnold Schwarzenegger y lo firma un tal Laurence Leamer, quien afirma que Stallone intentó vengarse de su ex socio asegurando ante la periodista británica Wendy Leigh que el padre del austríaco había ayudado a capturar judíos durante el Holocausto y que el propio Arnold era “un admirador secreto del Führer”. Stallone lo negó todo, pero la Leigh asegura que, cuando la demandaron por calumnias, fue él quien se hizo cargo de los costos del juicio. Al día de hoy Terminator sigue convencido de que su ex socio tuvo algo que ver en todo el asunto de su difamación, pero al menos públicamente los dos ex musculitos son grandes amigos de vuelta.
Ya está en preparación la secuela de Batman Inicia (¿Batman sigue?; ¿Batman Resetea?) y, como ya se sabe, la cuestión no contempla la participación de Katie Holmes. Christian Bale ya anduvo opinando sobre qué incorporaciones quiere hacer para los próximos argumentos que involucren al encapotado. Sólo que, atento a los intereses de la Warner (el estudio que detenta los derechos de la saga), no piensa andarse con propuestas ni exigencias descabelladas, sino que propone hacer dos versiones de la inminente secuela, de manera tal que en una de ellas el héroe pueda tener sexo. “Creo que hay mucho espacio para, por ejemplo, hacer una Batman de calificación restringida. Es complicado meterle el aspecto sexual cuando uno quiere que vengan a ver la película chicos de 12 años. Creo que sería interesante hacer dos versiones distintas. La novela gráfica se zambullía en su vida privada porque es fascinante. En algún momento tiene que haber algo sexual.” De todos modos, por ahora, de Robin, ni noticias.
Esta semana se estrena una película llamada Herbie, ¡a toda marcha! que, aunque un poco tapado, no es otra cosa que el regreso de Cupido motorizado, la cuarta “secuela” de la serie iniciada en 1968. Se trata de un aggiornamiento a lo Disney, y la chica al volante es la adolescente Lindsay Lohan (la de Un viernes de locos y Chicas pesadas), que ya se está poniendo un poco grande para estas cosas. Al menos eso es lo que parecen pensar en la empresa del Pato Donald, donde decidieron que la actriz necesitaba un retoque digital que la volviera un poco más “apta para todo público”. Así están las cosas y a la Lohan le achicaron las tetas “para no ofender al público” con el tamaño desmesurado que la naturaleza le ha ordenado cargar. La idea no salió de la cabeza de un ejecutivo fumado así nomás, sino que, al parecer, algunos padres que asistieron a test screenings (proyecciones de prueba) de la película salieron comentando el asunto de las proporciones como algo inapropiado para los nenes. Los expertos en efectos digitales, entonces, le redujeron dos números de corpiño y le borraron algún escote, en especial en las escenas en que el auto salta mucho.
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