VALE DECIR
El aviso –que por estos días viene tomando por sorpresa a los usuarios de un popular servicio de webmail cada vez que abren su cuenta– lo dice todo: “Ann Mabyn ganó la Cédula Verde Norteamericana. Unase al programa de la lotería y podrá ganar una green card aprobada por el Congreso de los Estados Unidos. Haga click aquí”. Es decir: gánese la visa de residencia participando como si se trataba de un juego de azar. ¿Cómo? Anotándose –la inscripción es exclusivamente online– en este programa “oficial” del gobierno norteamericano, cualquiera puede participar en el sorteo de las 50 mil green cards expedidas anualmente, para uno y su familia. Eso sí, cualquiera no es cualquiera, sino aquel que cumpla con una serie de requisitos pautados para participar de la Lotería de la Visa de la Diversidad (sic). Entre otros, pertenecer a uno de los países habilitados para el programa (aunque el listado sufre algunas modificaciones año tras año). El año pasado, por ejemplo, hubo unas 7145 inscripciones nigerianas, 674 cubanas y 194 argentinas. Pero para que no queden dudas de que acceder a USA es un verdadero premio, quienes se anoten en el programa a través del sitio de la entidad privada Usagcls (que “no está afiliada al gobierno norteamericano”) tienen la posibilidad de obtener un reintegro del pasaje aéreo por un valor de hasta 500 dólares. Y como no sólo el destino es una timba, los sitios asociados al site invitan al visitante a divertirse jugando un rato en el Casino Online a los fichines, al baccarat, la ruleta, al poker y demás juegos. Ya que estamos.
Se sabe de los riesgos de mezclar pastillas con alcohol, de tomar mucho café y de pasar demasiado tiempo frente a la tele. Pero las advertencias acerca de los peligros de clavarse interminablemente en los fichines o en la Nintendo hasta ahora sólo venían por el lado del Ministerio de Educación: los chicos no le están dedicando suficiente tiempo a la escuela. El tema se puso un poco más serio por estos días: un surcoreano de 28 años de edad cayó redondo frente a la PC de un cybercafé mientras jugaba a un videojuego de estrategia llamado Starcraft. Se lo llevaron a un hospital, donde apenas después murió –literalmente– de agotamiento: llevaba –según informó la policía– 49 horas consecutivas jugando, y su corazón dijo basta. El joven fallecido se llamaba Lee, vivía en Taegu (una localidad en el sur de Corea del Sur) y se desplomó el viernes pasado después de haber comido en cantidades mínimas, de no haber dormido, y de negarse a apartarse de la computadora. Un mes antes lo habían echado de su trabajo por ausentarse frecuentemente para ir a jugar a los cyber. Ahora, que ya es tarde, se sabe: demasiada cybercafeína te puede matar.
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