VALE DECIR
Los jefes de la policía de Bangkok, Tailandia, pusieron en funcionamiento por estos días un nuevo régimen de castigos para los hombres de la fuerza que incurran en delitos “menores”. De una reprimenda en particular esperan grandes beneficios: obligarlos a ponerse un colorido brazalete con el dibujo de Hello Kitty. El brazalete es bastante grande, rosa brillante y además de la popular gatita asiática lleva la imagen de dos corazones. La idea, por supuesto, es avergonzar, e incluso “humillar” a quienes porten el distintivo. La medida se aplicará para aquellos que cometan faltas leves como tirar basura al suelo, estacionar mal o llegar tarde al trabajo. “Queremos erigir un nuevo concepto de disciplina. No hay que dejar pasar las pequeñas ofensas como si no importaran”, explicó a los medios internacionales el jefe de la fuerza, el coronel Pongpat Chayapan. La iniciativa se basa en la teoría policial de las “ventanas rotas”, puesta en práctica en Nueva York en la década de 1980 y 1990. La teoría argumenta que endurecerse contra los pequeños delitos ayuda a reducir los delitos más serios. “Los brazaletes con Kitty no informarán sobre las ofensas cometidas; eso quedará para la imaginación de la gente que lo vea.”
Ahora que Daniel Craig parece haber revitalizado la saga, los enemigos de James Bond no dejan de multiplicarse. Se supo por estos días un secreto más del origen de la serie de libros del agente 007: su creador Ian Fleming basó los nombres de sus archienemigos en los de sus propios enemigos personales. Una artera venganza para perseguir de por vida a los hijos, nietos y herederos en general de quienes lo molestaron por una u otra razón en su vida. “Mi abuelo murió hace unos 15 años y nunca pude preguntarle por qué se llevaba mal con Fleming”, contó esta semana David Scaramanga, al darse a conocer ante la prensa como el nieto del villanesco Francisco “Paco” Scaramanga, de la novela El hombre del revólver de oro (1965). En la actualidad, Scaramanga es bastante menos peligroso de lo que se espera del heredero de tan importante villano literario: dirige una agencia de taxis en la localidad inglesa de Bath. “Cada vez que alguien se entera de mi apellido, me lo recuerdan y me preguntan, pero yo ya me río de ello”, dice. Al némesis bondiano inspirado por su abuelo lo interpretó en el cine el draculino Christopher Lee, en 1974, caracterizándolo como un asesino a sueldo de sangre cubana. El verdadero Scaramanga y Fleming (1908-1964) se conocieron en Eton, la selecta escuela inglesa, de la cual el autor de 007 fue expulsado. A los mismos años corresponden otros malvados de las novelas de Fleming, tal como el líder calvo de la organización Espectra, Ernst Stavro Blofeld. El verdadero Blofeld se llamaba Thomas R. C. y también fue compañero de estudios de Fleming.
La Asociación de Profesionales del Tenis, ATP, que administra el circuito de jugadores varones, informó el lunes pasado sobre la incorporación de métodos no ortodoxos para mantener la transparencia del deporte y honrar el espíritu competitivo. En otras palabras, la ATP reconoció oficialmente que ha recurrido al ex mafioso neoyorquino Michael Franzese (un famoso “arrepentido”) para prevenir a los muchachos de vincha acerca de los riesgos de hacer trampa. Esto ocurrió durante el último torneo de Miami, a fines de marzo. La idea de la ATP es mantener atentos a sus representados acerca de eventuales contactos con redes mafiosas, tan propensas a influir en los resultados de diversas competencias deportivas. “Franzese nos habló de su vida y de sus asuntos en la camorra”, contó el checo Tomas Berdych, ranqueado décimo del mundo, tras su derrota el lunes en la primera vuelta del torneo de Montreal. “Imaginen una situación donde unos mafiosos vienen a vernos y nos ofrecen un dinero a cambio de perder algún partido. Uno bien puede decirse a sí mismo: ‘Bien, qué importa, si al fin y al cabo es otro torneo de mierda. Pero es así como empiezan los problemas’”, aportó Berdych con ánimos didácticos. Los rumores de que la mafia arregla matchs a piacere corren en el circuito desde hace años. Dos viernes atrás, un sitio de apuestas online suspendió los pagos respectivos a un partido de Nikolai Davydenko (cuarto del mundo), que éste abandonó por una lesión frente al argentino Martín Vassallo Argüello. Según el site en cuestión, antes del encuentro y durante el primer set, se colocaron unos 5 millones de euros, unas diez veces el monto de apuestas normales para ese lapso en un partido de esta categoría, lo cual levantó demasiadas sospechas de la agencia de apuestas.
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