Parece que algunos gritos incomodan a la gente; especialmente si son intensos, provienen de una boca femenina y se realizan en lugares públicos. Tal es el caso de Maria Sharapova y Victoria Azarenka, reconocidas no sólo por sus títulos Grand Slam sino por emitir estridentes sonidos con cada golpe a la pelota durante sus arduos partidos de tenis. Aunque ellas dicen que ser tan “vocales” sirve para canalizar la tensión, la Asociación de Tenis Femenino (WTA) no escucha razones y, en una decisión inesperada, se ha propuesto bajar los decibeles al griterío femenino de cancha.

“Es tiempo de eliminar los gruñidos de este deporte para el bienestar de las futuras generaciones”, expresó Stacey Allaster, de 49 años, titular de la organización que ya prevé instaurar un dispositivo para monitorear los niveles de ruido y potenciales sanciones para soniditos guturales “excesivos”. Claro que son cautelosos a la hora de ofender susceptibilidades: “Lo que es claro es que tendríamos un efecto claro y peligroso en el desempeño de la generación existente. De modo que tomará un tiempo. No nos adelantemos; será un esfuerzo colectivo del deporte y necesitamos que todos se sumen”, ofreció Allaster sobre un proyecto que, al parecer, no involucraría a las actuales estrellas femeninas del deporte.

Pero mientras se busca nombre para el socio auditivo del Ojo de Halcón (¿el Orejas de Elefante?), a este embate contra las mujeres en los courts se sumaron las declaraciones que hizo esta semana el tenista francés Gilles Simon. Según el actual N° 13 del mundo, los hombres deben ganar más que las tenistas mujeres porque ofrecen un espectáculo más atractivo y redituable para el público. Maria Sharapova fue la primera en alzar la voz contra Simon.