Mal que le pese, la artista oriental Angela Su podría estar inaugurando la rama “chupacirios” del arte gracias a uno de sus más recientes proyectos, una pieza ti-tulada “The Hartford Girl”. Para dicha pieza, la joven no tuvo mejor idea que tatuarse 39 oraciones religiosas con una vuelta de tuerca: lo hizo sin tinta. ¿El objetivo? Que parecieran cicatrices de latigazos, los 39 que recibió Cristo previo al conocido desenlace en la crucificción. Amén del dolor, el ejercicio ¿bíblico? busca referirse a la problemática de la automutilación de la cultura contemporánea, que se manifiesta desde los simples tattoos hasta modificaciones físicas más radicales.

“Visual y simbólicamente, estos tatuajes hacen referencia al ritual de flagelación del cuerpo en la tradición cristiana como una forma de alcanzar la purificación espiritual. En la Biblia, Jesús recibe 39 latigazos en la espalda a manos de sus perseguidores, número que las autoridades romanas consideraban misericordioso, en tanto el 40 se tenía por mortal”, amplía la web de Angela, que desarrolló la (exagerada y permanente) obra en fotografía y videoinstalación y actualmente la presenta en la exhibición “Hong Kong Eye”, dedicada a mostrar el trabajo de 24 artistas contemporáneos de Hong Kong.