“¿Quién necesita instalar un verdadero sistema de seguridad hogareño cuando puede contratar una escenografía?”, se habrá preguntado el entrepreneur suizo Andras Birrer al momento de crear un servicio que está dando que hablar en su Sursee natal, una ciudad histórica del cantón de Lucerna. Diseñada para personas que viajan seguido o toman largas vacaciones, la oferta es simple: rentar coches de policía falsos que se estacionen en la puerta del hogar y desalienten a potenciales ladronzuelos.

Por 270 dólares a la semana, las réplicas —que comenzaron siendo un truco publicitario, pero ante el interés real de los conciudadanos se han convertido en un pingüe negocio— son simples Hyundai i40 pintados con los colores de los vehículos de la policía suiza, luces de advertencia incluidas. Birrer ya ha “disfrazado” a una flota entera de coches que, según él, puede mantener a los delincuentes alejados de casas vacías.

Aunque la verdadera fuerza de seguridad se muestra escéptica frente a los supuestos resultados del servicio, Andras sigue adelante. Con una pequeña condición, claro: como conducir vehículos de la policía es ilegal para cualquier civil, sus metamorfoseados autos se entregan en el lugar deseado a través de un camión que los deposita. Una vez allí, deben permanecer inmóviles hasta el final del período de alquiler acordado. De poner primera, segunda o tercera, ni hablar. Y de salir a capturar ladrones que no se dejen atemorizar por falsos policías, menos que menos