VALE DECIR
Las creaciones de Jack Beveridge y Joshua Lake, estudiantes de diseño de la Universidad de Kingston, al suroeste de Londres, no siempre responden a proporciones clásicas: se trata de sillas con líneas torcidas, colores chillones y excéntricos apéndices que, lejos del formato convencional, parecen salidas de la imaginación de un niño. Porque, de hecho, es así: las butacas y poltronas que la dupla construye parten de dibujos de pequeños de 7 y 8 años que se han largado a bosquejar el asiento de sus sueños. Con la pequeña diferencia de que, lejos de quedarse en el crayón de color y el papel, ahora son una realidad.
Como parte de un experimento, Beveridge y Lake se presentaron en una escuela local y pidieron a nenes jovencísimos que pintaran una silla. “Una hora después teníamos una preciosa selección de diseños que jamás habríamos podido imaginar por cuenta propia”, explican los adultos sobre la galería de imágenes que recolectaron de los más pequeños.
Asientos divididos por altura, con forma de gato, cangrejo y de oso, sillones con ventana o propuestas altas para bar con toque minimalista fueron algunos de los inesperados resultados. Aunque, de momento, solo dos han sido fabricadas (una, una mecedora amarilla con un pequeño acuario; la otra, un modelo con patas verdes, ruedas y un dibujo de Daniel el Travieso en el respaldo), la idea de la dupla es continuar convirtiendo a la libre imaginería infantil en un negocio bien adulto. Nada que no se haya visto antes, después de todo.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux