Se dijo una y mil veces, y habrá que repetirlo: ¡pobre Leonardo DiCaprio! Porque tras las reiteradas nominaciones al Oscar –y los correspondientes fracasos al momento de hacerse de la estatuilla–, el actor tuvo que conformarse con un símil galardón (parecido en la forma, aunque de hierro) que actores rusos del Teatro de Cámara de Cheliabinsk le prepararon como “premio consuelo”. Porque los memes, mofándose de su tropezón y caída –en materia de laureles–, no merman en la web con el pasar de los meses. Porque ahora le llueven críticas por perder (¡también!) la línea y engordar unos kilitos sanadores. En pocas palabras: porque no gana una. Con todo, un anónimo internetiano ha puesto su granito de arena para alegrarlo, inaugurando el pasado enero la página My Day with Leo. Página que, de tan absurda, es deliciosa: paseándose en distintos sitios icónicos de Nueva York –Grand Central, Bryant Park o la Biblioteca Pública, entre ellos–, el equis en cuestión ubica imágenes recortadas de Leo y las fotografía cual modelo integrado al escenario. Atendiendo en un local de comida rápida, amenazando con disparar a alguien o colgado de la rama de un árbol, DiCaprio es todos. Y, por supuesto, ninguno.