Hay quienes aseguran que, en el correr de las modas, algo prevalece: el falsete y la estatura artística de Prince. No así su música, siempre fértil a nuevas experimentaciones, no así —y aquí va el subrayado— su indómita cabellera. Y es que, en 35 años de carrera, el pelo de “El artista” ha cambiado casi tan a menudo como su sonido e, incluso, más frecuentemente que su nombre. Para demostrar, entonces, la mudable personalidad estética de la Realeza Púrpura de la industria musical, un ilustrador británico —Gary Card— se abasteció de imágenes de prensa, tapas de discos, tomas de paparazzi, se referenció cuidadosamente y armó cronología. Cronología del cabello, ni más ni menos. Inspirado en el hecho de que el look reciente del cantante se asemeja a aquel de sus comienzos en el ’78, Card quiso evidenciar el círculo perfecto que tácitamente une los tímidos comienzos en Minneapolis y el magnánimo revival actual, asentando —en el proceso— la cualidad camaleónica del talentosísimo norteamericano. Rizos tipo siglo XIX, afro, mechas brushineadas a lo Farrah Fawcett o característica bandana son algunos pocos de los ejemplos que se multiplican en el —recientemente viralizado— trabajo de Card. Una monada atenta a los tiempos que corren y corrieron, y a ese gran rulo llamado historia.