radar

Domingo, 20 de febrero de 2005

INVESTIGACIONES > LAS NOVIAS DE ALá: EL LIBRO QUE REVELA CóMO LOS HOMBRES CONVIERTEN A LAS MUJERES EN BOMBAS HUMANAS

Chicas muertas

¿Por qué hay mujeres jóvenes chechenias que se vuelan por el aire? La periodista rusa Julia Jusik tenía 21 años cuando se hizo esta pregunta. Para respondérsela, viajó de incógnito a Chechenia y se entrevistó con las familias de las terroristas. “La gente no quería hablar”, cuenta Jusik (24) en una entrevista con el Berliner Zeitung de Alemania. “Era la primera vez que veían a un periodista. Hasta entonces sólo habían tenido que contestar las preguntas de los servicios rusos. Yo les dije que creía que sus hijas habían sido engañadas y que quería descubrir a los culpables. Entonces empezaron a hablar.” De enero a marzo de 2003, custodiada por chechenios, Jusik se entrevistó con familiares y amigos de las shajidín (“Guerreras de Dios”), leyó cartas y diarios íntimos. “A mitad de marzo me pescaron los servicios rusos. No me confiscaron el material, pero tampoco pude seguir trabajando en Chechenia.”

Conseguir editorial no fue fácil. “Sobre las shajidín recién hay que hablar cuando todo se acabe, me decían.” Al fin pudo publicar Las novias de Alá en una pequeña editorial anarquista. Pero el libro nunca llegó a las librerías. “De hecho, me lo prohibieron. Hubo una razzia de narcóticos en el depósito donde estaban los ejemplares. Supuestamente buscaban literatura donde se hablaba bien de la marihuana. Pero se llevaron mis libros. Después dijeron que yo hablaba bien de los terroristas. Yo creo que hicieron desaparecer el libro porque ahí se ve hasta qué punto los servicios rusos están involucrados en el terror chechenio.”

Pero el libro no se ocupa de eso sino de las mujeres, del porqué. Y la respuesta a la que llegó Jusik es que las mujeres fueron explotadas por los hombres, en el sentido más amplio del término: fueron hombres los que las hicieron trabajar para ellos, fueron hombres los que las hicieron detonar. “El acompañante en un atentado suicida es casi siempre un hombre –se lee en la edición austríaca, recientemente publicada–. Él controla la situación, y no bien aparece un factor de riesgo manda a la mujer hacia Alá. Los servicios lo ocultan, porque esto haría de las shajidín no asesinas, sino víctimas. Estas chicas son manipuladas, no son fanáticas religiosas.” Jusik pudo confirmar que los terroristas pagan hasta 20 mil dólares por el silencio de los familiares. “A las chicas las secuestran, les dan drogas, las preparan con libros y música islamista. Muchas veces los hombres abusan de ellas para después chantajearlas. Les hablan del paraíso, les hacen anunciar su martirio frente a una cámara y las mandan con un cinturón de explosivos a un concierto de música o a una comisaría. Por ejemplo Sarema Imarkajewa, que fue herida gravemente porque dejó su cartera antes de que su ‘amante’ la hiciera explotar. Ella misma me lo contó.”

De los 40 casos investigados por Jusik, “sólo una de cada diez mujeres murió por voluntad propia. La mayoría estaban en una edad en la que no se quiere ni matar ni morir. Dos de las mujeres que tomaron el teatro estaban embarazadas. Nadie tiene un instinto de conservación tan fuerte como una mujer embarazada”. Jusik misma estaba esperando su primer hijo mientras escribía el libro: “Por eso se hizo muy emocional. Me deprimía escribir. Estás sentada ahí, escribiendo sobre chicas que están muertas, chicas de tu edad, embarazadas como vos. Y vos tenés que volver a darles vida”.

Compartir: 

Twitter

 
RADAR
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.