Domingo, 14 de enero de 2007 | Hoy
PLáSTICA > EL DISEñADOR DEL TROPICALISMO
Amigo de Glauber Rocha, diseñador de los primeros discos de Caetano Veloso y Gilberto Gil, e ideólogo del Tropicalismo, Rogério Duarte supo mezclar psicodelia y pop art y es uno de los gurúes de su época. Encerrado en un hospicio por la dictadura militar y honrado con distinciones oficiales con la llegada de la democracia, su obra vuelve a ser celebrada con un capítulo entero en el flamante libro O design brasileiro. Esta es su vida y obra.
Por Iván Melo
Rogério Caos. Acuñado por Oduvaldo Viana Filho, más conocido como Vianinha –uno de los iconos del teatro brasileño–, el sobrenombre dice mucho sobre la personalidad de Rogério Duarte, una de las más importantes figuras cuando la cuestión es la creación de arte y el diseño en el Brasil. Diseñador, director de arte, poeta, escritor, profesor, traductor y músico multiinstrumentista, Rogério Duarte sigue fascinando a cualquiera que se enfrente por primera vez con sus creaciones. Sin ir más lejos, dentro del fundamental volumen titulado O design brasileiro: O anos 60 (ed. Cosac Naify), compilado por Chico Homem de Melo y recién editado en el país de Lula, hay un capítulo entero dedicado a su obra, con más de 500 imágenes que sirven como ejemplo del trabajo del que fuese mucho más que sólo el diseñador del Tropicalismo.
Bahiano de Ubaíra, Rogério Duarte nació en 1939 y se mudó a comienzos de los años ’60 para Río de Janeiro, donde tuvo sus primeros contactos con intelectuales de la semiótica y el diseño, como los alemanes Max Bense y Otl Aicher, y el ítalo-argentino Tomás Maldonado. De ellos aprendió los principios racionalistas de las escuelas alemanas –Bauhaus y demás– y los utilizó como referencias para sus primeros trabajos, que fueron algunos afiches políticos y posters para ciertos shows de bossa nova con los que inauguró una identidad visual inconfundible, que abrió camino para toda una generación de artistas gráficos brasileños.
Uno de sus grandes amigos fue Glauber Rocha, para quien diseñó el afiche de su película Deus e o Diabo na Terra do Sol. Duarte también hizo otros trabajos para el Cinema Novo brasileño de la época, como los anuncios de O desafío, de Paulo César Saraceni; A grande cidade, de Cacá Diegues; y A opiniao pública, de Arnaldo Jabor. También realizó en 1969 el afiche de Meteorango Kid: O Herói Intergaláctico, de André Luiz Oliveira, pero por aquel entonces el diseñador ya estaba involucrado en otro movimiento vanguardista de la cultura brasilera: el Tropicalismo. Duarte fue uno de los próceres del movimiento que reunió a Caetano, Gil, Tom Zé, Torquato Neto, Hélio Oiticica y compañía. Su influencia teórica y estética está más que explicada no sólo en las letras de algunas canciones sino también en libros y en revistas para las que colaboró en aquel período, además de logotipos, afiches de shows, películas; y también varias tapas de discos que diseñó.
Su versión para la historia de aquella época está en un libro editado en 2003 por la editora Azougue, que reúne ensayos, declaraciones y memorias. La obra despertó cierta polémica incluso antes de su lanzamiento, cuando un crítico musical carioca escribió un artículo diciendo que Duarte estaba preparando un libro llamado Mentira tropical, un suerte de respuesta a Verdad tropical, el relato que Caetano Veloso hizo de la Tropicalia. El propio Duarte se encargó de deshacer la polémica, explicando que su entrevista con el crítico en cuestión había sido malinterpretada: “Me parece que, a diferencia de lo que me sucede a mí, al entrevistador no le gustaba Caetano, y consiguió interpretar mis respuestas a su manera. Pero el libro que publiqué entonces se editó con el nombre de Tropicaos, y no tenía el propósito de atacar, ni de ofender a Caetano, sino simplemente apenas esclarecer cuestiones históricas referidas al Tropicalismo. Además, claro, de exponer mis ideas y sentimientos sobre diferentes asuntos de la época”.
Es obvio que la música tuvo un papel fundamental en la difusión del Tropicalismo. Fue por medio de ella que el gran público presenció y asimiló más evidentemente los cambios radicales que surgían en el escenario cultural brasileño. Sin embargo, también la literatura, las artes plásticas, el cine y el teatro, y –en consecuencia– la propaganda, la moda y la televisión fueron atravesados por una necesidad de transgredir, por el deseo de crear, mezclando lo que estaba establecido fronteras adentro con lo mejor que estaba apareciendo en el escenario mundial, como el Pop Art o la psicodelia. Rogério Duarte fue el gurú de ese nuevo concepto visual que se esparció por Brasil, y sus creaciones fueron subversivas y cargadas de un lenguaje gráfico anarco-antropofágico, que arrasaba con el arte de las galerías. Son dos tapas de discos creadas por Duarte –las de los discos solistas de Caetano y Gil, en 1968–, junto con la portada del disco Tropicalia ou Panis et Circensis, con arte de Rubens Gerschmann dirigido por Rita Lee y Guilherme Araújo, las que detonan ese movimiento rechazado por el Acta Institucional número 5 del gobierno militar, que en 1969 recluyó al diseñador en prisión y debió ser internado en el pabellón psiquiátrico del hospital Engenho de Dentro, en Río de Janeiro.
A pesar de toda la adversidad política de la época –o tal vez a causa de ella–, Duarte se afirmó aún más en aquel escenario transgresor y siguió adelante. En 1974 hizo la tapa del disco Cantar, de Gal Costa, llena de movimiento, y el de Jorge Mautner, estampada con un mandala tropicalista. Al año siguiente firmó la portada de Qualquer coisa, de Caetano Veloso, que homenajea la tapa de Let it Be, de los Beatles. En la década del ’70, Duarte participó con sus intervenciones gráficas en la revista Navilouca, un proyecto de Torquato Neto y Waly Salomao, mientras era director de arte de la carrera de Diseño Industrial Audiovisual.
Al finalizar la dictadura, ganó los títulos de Notorio Saber en Artes Gráficas y Diseño Industrial tanto de la Universidad de Brasilia como del entonces Ministerio de Educación y Cultura, fue director de Arte de la Municipalidad de Salvador, y hoy es profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad Federal de Bahía. Una de sus mayores conquistas fue conseguir popularizar el arte gráfico sin que perdiese su status de “alta cultura”. Su intelectualidad y su profundo conocimiento estético le permitieron mezclar lo mejor que existía en el mundo con elementos genuinamente brasileños. A pesar de los innumerables estudios sobre su obra, Rogério Duarte afirma con modestia no saber si sus creaciones gráficas fueron tan importantes como se acostumbra pensar. “Lo que me gustaría es que se hubiese entendido mi empeño en colocar al diseño y a las artes gráficas al servicio de algo superior que el puro mercantilismo. El gran error de la publicidad actual es estar al servicio de la mentira consumista, en vez de servir a la desalienación de la humanidad.”
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.