Domingo, 2 de marzo de 2008 | Hoy
FOTOGRAFíA > LAS INSTANTáNEAS DE RAúL PERRONE
Desde hace un tiempo, el cineasta Raúl Perrone, director de clásicos suburbanos como Labios de churrasco y Graciadió, quiere demostrar que se puede hacer cine con la función video de una cámara digital común y corriente. Cine, además, muy barato. Entonces, para acompañar el estreno de La Navidad de Ofelia y Galván, su primer largometraje realizado en este formato, comienza un seminario y una muestra de fotos inéditas. Aquí, una selección de esas imágenes comentada por el propio Perrone.
Por Mariano Kairuz
Todo empieza en una cámara de fotos y todo llega a una cámara de fotos. Todas las películas de Raúl Perrone, el cineasta del Oeste, el independiente de Ituzaingó, vienen de alguna manera de ahí, de esas polaroids que sacó durante años en busca de instantes-instantáneos, de momentos, de lugares y personajes. Ahora se completa un círculo: Perrone filma películas enteras con una cámara de fotos. Cuenta, despliega instantes-instantáneos, momentos, lugares y personajes, con algo tan pequeño y aparentemente tan inestable como cualquiera se imaginaría que es –al menos para hacer un largometraje– la función de video de una camarita fotográfica digital común y corriente, de esas que están por todas partes. Su primer largometraje realizado por completo en ese formato es La Navidad de Ofelia y Galván, en la que el Galván es Nicéforo Galván, el protagonista de sus dos películas Late corazón (2002, nunca estrenada comercialmente) y La mecha (2003), que presentó el año pasado en el Bafici, y donde quedó demostrado públicamente que aquello que parecía destinado a una pantalla diminuta, de baja resolución, podía ampliarse a las proporciones de una de las salas comerciales más concurridas de Buenos Aires. Y que –y este es uno de los propósitos de Perrone– no hace falta mucho dinero ni aportes de festivales ni fundaciones para hacer una película.
> El Gran Ituzaingó
“Esto es lo que quedó del viejo cine. Ahí transcurre una escena muy importante de Bonus Track; los pibes lo toman para andar en skate. Es un cine al que yo iba de pibe. Lo cerraron los evangélicos y ahora lo refaccionaron todo. Pero alcancé a filmarlo antes de que lo transformaran. Ahora ya no queda nada de eso. Lo extraño, tengo muchos recuerdos de ese cine. Ahí iba a los 14 años a ver las películas que me gustaban, y fantaseaba con poder ver mis películas ahí mismo alguna vez. Eso no pasó, pero hice cuatro películas ahí adentro.”
El estreno de La Navidad..., desde pasado mañana en funciones semanales en la sala de cine del Centro Cultural Ricardo Rojas, va a estar acompañado de un seminario y una muestra de fotos inéditas, ambas cosas a cargo de Perrone. En el taller, titulado De la fotografía al cine (o cómo hacer una película con una cámara de fotos), el prolífico ituzangoiense (por inventarle un gentilicio que le vaya también a su cine) hablará de cómo hace él sus películas, y en particular de cómo hizo ésta, y de sus procedimientos ciento por ciento artesanales: su cámara pocket a píxeles, apoyada sobre copas que hacían de trípodes, para capturar los diálogos no ensayados de sus protagonistas –diálogos que por momentos pueden derivar en una especie de rara conversación entre sordos sobre una tortuga–, como si no hubiera nadie más ahí, y por no más de veinte minutos corridos (que es lo que dura la memoria de video del aparato). Mientras tanto, justo afuera de la sala de cine, para verlas antes o después, una selección de una veintena de fotos tomadas por Perrone y relacionadas de manera directa con sus películas, sin pertenecer enteramente a ninguna en particular.
> No aguanto más – yo tampoco
“El tipo no aguanta más las ganas de mear y ella no lo aguanta más a él. Me gusta buscar en mis encuadres cómo ver muchas cosas al mismo tiempo. Me encanta la pantalla dividida, pero no en la posproducción sino en el momento, en el lugar. Pensé en hacer un cortometraje todo así: entre un baño y una cocina; cuántas cosas pueden pasar al mismo tiempo, en un solo cuadro, en una sola toma.”
Las imágenes fueron elegidas por el director. Algunas son el resultado de la búsqueda de una locación o de un encuadre para un proyecto de nueva película. Otras remiten a momentos de su vida, con alguna carga nostálgica (las ruinas de un cine muy concurrido en otras épocas; los espacios del club de barrio al que acudía cuando se escapaba del colegio). “Todo el tiempo hago fotos, todo el tiempo fotografío y filmo lugares vacíos”, dice Perrone. “Lo que hago con las fotos a veces es una especie de scouting; en muchos casos son lugares a los que después, en algún momento, vuelvo. Yo fotografié mucho, mucho el viejo cine Gran Ituzaingó, y después terminé haciendo una película ahí (la todavía inédita Bonus Track). Cada vez que terminamos el taller que tengo con mis alumnos dos veces por semana, vamos a un bar que justo da a una galería que enfrente tiene un estacionamiento municipal que me parece muy decadente y hermoso. Me pasé un año, todos los jueves y domingos, sacándole fotos a ese estacionamiento. Sólo porque me gustaba. No lo sabía entonces, pero lo estaba haciendo por algo, y el 50 por ciento de mi nueva película transcurre ahí: el pibe va ahí cuando no se siente bien, y cuando se encuentra con su chica.” La nueva película a la que se refiere se llama 180 grados y la hizo también con cámaras de fotos digitales, esta vez cuatro distintas.
> Siesta
“Una pileta que está en muchas de mis películas. Para quien se acuerde, ahí filmé la conversación de las chicas de Labios de churrasco.”
Defensor de la espontaneidad y la rapidez –que odia que sean confundidas con improvisación–, Perrone dice tomar imágenes sencillamente de lo que le gusta. Sin más explicaciones ni vueltas. Sus fotos expuestas vendrán marcadas con comentarios escritos a pulso, parecidos a esos “borradores” (“casi garabatos”, en sus palabras) que hacen de guión de algunas de sus películas –como ofrece, a modo de muestra y dogma la edición en dvd del año pasado de su trilogía compuesta por Labios de churrasco, de 1994, Graciadió, 1997 y 5 pal’ peso, 1998–. Dejando claro en una galería, por primera vez en mucho tiempo, que hace sus fotos como hace sus películas, mientras en otra sala cuenta cómo se hace una película casi de la misma manera en que hace sus fotos.
> Ofelia y Beba
“Es el cumpleaños de Ofelia (la protagonista de La Navidad...). Las cosas estaban ahí, yo no acomodo nada, busco cómo encuadrar lo que encuentro. La camarita está apoyada en una copa, haciendo de trípode como en la película. Me pregunto qué estará pensando Ofelia, y qué está mirando Beba. Yo estoy enfrente y paso desapercibido. Son momentos instantáneos de verdad.”
La Navidad de Ofelia y Galván se proyecta todos los martes de marzo a las 20.
El seminario, gratuito, está programado para los días martes 4 y miércoles 5, de 17 a 19.30, en el Auditorio Abuelas de Plaza de Mayo.
La exposición de fotografías inaugura el martes 4 a las 20.30.
Todo en el Centro Cultural Ricardo Rojas, Corrientes 2038
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