Domingo, 21 de junio de 2009 | Hoy
ENTREVISTAS > EL CINE B SEGúN NICANOR LORETI
Tras años de entrevistar a directores y actores de su amado cine clase B, el periodista y adicto al bajo presupuesto Nicanor Loreti recopiló esas conversaciones en Cult People. A continuación, él mismo ofrece una visita guiada por su universo favorito.
Por Mariano Kairuz
Lo dice Lloyd Kaufman en el prólogo de Cult People, el flamante libro de Nicanor Loreti: “Una película de culto es el tipo de obra que no te meten en la cabeza a través de la publicidad y mensajes subliminales (¡!), sino que su existencia se transmite a través del boca en boca, de gente que amó ese film, que lo descubrió y la pasó bien viéndolo. Ese tipo de enfermedad por las películas no puede ser generada en el estéril ambiente de la maquinaria corporativa. Crece y crece hasta que se transforma en un fenómeno. Y entonces, los mogólicos corporativos lo llaman ‘de culto’”. Kaufman es, vale aclarar, uno de los fundadores de la productora Troma, usina de clásicos marginales como Tromeo y Julieta y la tetralogía de El vengador tóxico, jamás estrenadas en cine ni editadas legalmente en video en la Argentina, así que él sabrá de lo que habla.
Y ahora es también el autor de las palabras de bienvenida a este tomo que recopila las entrevistas realizadas por Loreti a lo largo de años de trabajo para revistas especializadas en cine fantástico y bizarro como la local La Cosa y las extranjeras Fangoria, Shock Cinema, y Psychotronic. En sus páginas, el recientemente fallecido David Carradine dice haber sido él quien le sugirió a Scorsese que filmara La última tentación de Cristo y que por poco no se puso la barba él mismo para hacer de Jesús; el productor Anthony Taylor rescata la historia de una rara película de los ’60 largamente perdida, protagonizada por William Shatner hablando en esperanto; y el español Paul Naschy habla de cómo la censura franquista revitalizó involuntariamente el cine de género en su país. Hay charlas con directores más (Mathieu Kassovitz, George A. Romero, Dario Argento, Stuart Gordon y Wes Craven) o menos famosos, pero los pasajes más interesantes de este libro que desborda entusiasmo los ofrecen los menos conocidos, como William Lustig, el auteur de una serie llamada Maniac Cop, cuando señala que las nuevas tecnologías, a la vez que abarataron las posibilidades de hacer cine, hicieron que se perdiera por el camino la disciplina y la creatividad que caracterizaban a la vieja buena clase B. A continuación, Loreti se presenta a sí mismo y a ese universo que vale la pena habitar.
–Fue a los 10 años, cuando vi El planeta del terror (Galaxy of Terror), una bizarreada del ’81 donde James Cameron hizo la segunda unidad. La pasaron en canal 13 y estaba llena de bichos viscosos, alguna rubia tetona y muchas escenas que, para un chico de mi edad, eran tremendas. Antes ya había visto alguna de Freddy o Jason, pero ésta fue la que me quemó el marulo. Ni siquiera es una gran película pero definitivamente sí es bizarra. Y me emocionó ver a Robert Englund sin el maquillaje de Freddy.
–Una escena sin dudas genial es de Noche alucinante, de Sam Raimi, cuando Ash, el protagonista, tiene que lidiar con su mano poseída. Es una mezcla entre película de horror extremo y comedia estilo Los Tres Chiflados. La mano le rompe todos los platos por la cabeza, le pega, le hace piquete de ojos y lo tortura de mil maneras hasta que él se la corta con una motosierra... ¡sólo para tener que perseguirla por toda la casa! Todo termina literalmente en un mar de sangre.
–Hay muchas, pero una que realmente lo merece es Combat Shock (1986), de Buddy Giovinazzo –y acá no hablo de una remake sino de lo que hubiera sido con un reparto grosso de la época y un presupuesto acorde–. Es la historia de un veterano de guerra traumadísimo que tiene un bebé freak estilo Cabeza borradora de David Lynch. Hay escenas de acción espectaculares (hechas por dos pesos) que te dan ganas de ver con un presupuesto grosso, y algunos momentos casi surrealistas. Si Taxi Driver la hubieran hecho con dos pesos, sería muy parecida. Otra es Death Bed: The Bed that Eats (1977), sobre una cama que come gente y se comunica telepáticamente con el protagonista. Ver eso con plata sería perfecto.
–En una dimensión paralela, Lance Henriksen tendría que haber sido nominado –y obviamente ganado– por su papel de vampiro en Cuando cae la oscuridad (Near Dark, 1987), de Kathryn Bigelow. El tipo se come la película.
–¡Cazafantasmas! Un concepto súper B (un grupo de perdedores pone una empresa para cazar fantasmas) realizado con todo el poder de la maquinaria corporativa y, todavía hoy, es genial. Aunque si le ponés otro reparto y efectos cutres es una clásica B. Claro que eso se puede aplicar a muchas películas, pero me parece que ésta es la peli hollywoodense de gran presupuesto con un concepto re-B.
–Diría The Texas Chainsaw Massacre. Realmente hizo historia y le robaron miles de veces en muchos países. Por ejemplo, La frontera del miedo (Frontières), una peli francesa reciente es básicamente “La Masacre de Texas en Francia”, Pieces, una española de Juan Piquer Simon, es “otra masacre con una motosierra”, etc. Entre secuelas (tuvo como cuatro), remakes e imitaciones –Slaughterhouse Massacre, Nailgun Massacre (¡que es igual pero el asesino usa una pistola de clavos!)– deben sumar como cincuenta películas.
–Hoy en día con Internet se consigue casi todo (hasta la porno de Abel Ferrara), pero una que siempre quise ver y no está editada en DVD se llama Suicide Cult (1975) y la dirigió el yanqui James Glickenhaus. El tipo hizo un clásico ochentoso llamado The Exterminator, y me encanta cómo filma. El guión de Suicide Cult ya es lo suficientemente demencial como para tentar a cualquier freak como yo: un científico investigando la Segunda Llegada de Cristo termina enfrentándose a un culto satánico. También hay una conspiración de la CIA en el medio. La banda sonora sí la conseguí: es súper psicodélica, llena de sonidos de sintetizador bien de los ’70.
–Uno que me muero de ganas de entrevistar es Marc Singer, el Donovan de V Invasion Extraterrestre. También estoy luchando por hacerle una nota a Van Damme. JCVD, la comedia de acción donde se interpreta a sí mismo, es sorprendentemente buena. Igual soy fan de tanta basura que la lista es casi interminable.
Cult People
Nicanor Loreti
Fan Ediciones
200 páginas
www.myspace.com/nicloreti
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