Domingo, 21 de junio de 2009 | Hoy
HOMENAJES > ERROL FLYNN: SE DA EL BRIBóN DEL MAR PARA CELEBRAR LOS CIEN AñOS DE SU NACIMIENTO
Por Alfredo Garcia
Me gusta mi whisky añejo, y mis mujeres, jóvenes.” Así definía sus gustos Errol Flynn, el mayor héroe y galán que se haya visto en la pantalla, y el mayor tarambana mujeriego y vicioso que haya vivido fuera de ella. El encantador depravado que el público adoraba, y al que Marlene Dietrich bautizó el “Angel de Satán”, habría cumplido 100 años ayer, 20 de junio, si su vida de excesos no hubiera cesado hace casi medio siglo, el 14 de octubre de 1959.
Hubo muchos galanes y héroes de acción en el Hollywood clásico, pero Errol Flynn, sólo uno. El protagonista de superclásicos como Las aventuras de Robin Hood, El Capitán Blood o La carga de la brigada ligera fue un caso único, tal vez sólo comparable en el período sonoro a lo que Douglas Fairbanks fue para el cine mudo. Nacido en Australia el 20 de junio de 1909, el hijo de un genio biólogo director del zoológico de Tasmania y heredero de uno de los oficiales del mismísimo buque amotinado, el Bounty- tenía linaje británico e irlandés, y una propensión especial a caerle simpático a todo el mundo, especialmente a las damas. En su libro Hollywood Babylon, Kenneth Anger contaba que en las subastas de reliquias de astros y estrellas, siempre abundaban piezas míticas como las baldosas de la bañera de Errol Flynn, que se cotizaban más según la marca del agua indicase que el actor no se había sumergido solo, sino con una y –¡bingo!– especialmente dos señoritas. “Es que el público siempre quiso verme como un playboy, y uno se debe a su público”, se defendía él, siempre simpático, incluso cuando era acusado de actos pecaminosos como “violación de estatua” (cargo que aseguran su biógrafos fue real). Durante un famoso juicio por abuso de señoritas menores de edad, el actor reconoció repetir su frase “In like Flynn” referida a la velocidad en la que solía introducirse en las bragas de una chica su autobiografía se iba a llamar In like me. Las quinceañeras del juicio terminaron reconociendo que todo era un ardid para conseguir prensa, y de hecho, a la opinión publica nunca le importaron mucho los escándalos de The Baron, que al final de sus días llegó a andar con una teenager a la que presentaba como secretaria y tenía su médico personal para administrarle todo tipo de drogas ilegales (como en el rodaje africano de Las raíces del cielo, de John Huston, cineasta que luego contó que gracias a sus inyecciones constantes, Errol fue el único miembro de la filmación que se mantuvo sano).
Pero cuando se evaporan los vahos del sexo, el alcohol y las drogas, lo que queda es el buen cine, y durante los 50 años de vida del actor hubo mucho. Justamente este martes a las 20.30, en Avenida Belgrano 1732 (Asociación de Diarios y Revistas, con entrada gratis) se proyectará una copia restaurada de El bribón del mar (Master of Ballantrae, 1953) la última película que Flynn hizo para la Warner. El programador Gustavo Heyaca, fan a muerte del cine de súper acción, eligió este film como homenaje a los 100 años de este legendario bribón debido “a varios factores: por un lado que es muy bueno y no muy visto últimamente, y además esta dirigido por William Keighley, responsable de algunas de sus mejores películas, como Príncipe y mendigo y Robin Hood, que codirigió con Michael Curtiz. Por último, el director de fotografía es otro grande al que queríamos homenajear: nada menos que Jack Cardiff, que murió hace unos meses”.
El bribón del mar se proyectará este martes a las 20.30, en la Asociación de Diarios y Revistas (Av. Belgrano 1732). Entrada gratuita.
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